jueves, 13 de octubre de 2022

Cuento Policial Negro: "EL DESVÍO DE LOS RASTROS" por Víctor Torres*

 

Un llamado anónimo al nueve once permitió que rápidamente, un móvil policial se acercara hasta la calle Pratt a la altura del número doscientos. Al llegar al domicilio, los oficiales se vieron obligados al forzar la puerta de roble macizo que daba a la acera debido ya que se encontraba cerrada y nadie atendió luego de varios timbrados. Dentro de la casa, el panorama fue desolador: en medio del living comedor, el cuerpo de una mujer tendido en el piso y rodeado de un charco de sangre.

A nadie le extrañó que antes de que llegara la ambulancia, el detective Pedro Zuriaga de la comisaría seis que tenía jurisdicción en la zona, se apersonara tan pronto como pudo. Apenas ingresó a la vivienda, pidió a los dos oficiales –Ruiz y Vergara- que revisaran papeles o posible carta que la mujer dejara por allí.

Jovial, de pelo castaño ondulado y aún con los ojos abiertos, la víctima yacía con un claro signo de disparo en la cien. Alguien, un vecino quizá, había oído gritos y un disparo. Zuriaga miró atentamente buscando detalles alrededor del cuerpo donde sólo se encontraban muebles; apenas una silla corrida que acomodó con el pie, un sánguche de miga mordido arriba de la barra de la cocina y un almohadón tirado que tiró sobre el sofá.  No había  nada más que alterara la escena que hiciera suponer algo violento más allá de lo macabro que resultaba esa muerte. Localizó el celular bloqueado de la muerta arriba de una repisa, y con un par de movimientos ingresó a los últimos mensajes de la mujer. Apretó una serie de botones y lo apoyó nuevamente donde estaba.

Zuriaga era un detective reservado de su vida privada. Nadie sabía que tenía un hijo de veinte años ni que había cursado algunas materias en la carrera de antropología antes de recibirse de ingeniero en sistemas. Tuvo un recorrido corto como oficial de policía en una comisaría de La Plata y por un confuso episodio, retornó a Tandil donde ingresó con facilidad (gracias a su amistad con el comisario) al grupo de investigación de homicidios.

La sirena de la ambulancia se hizo escuchar  a dos cuadras del lugar. Zuriaga apuró algunos movimientos para facilitar el trabajo a médicos y científica que ya estaban por descender de los vehículos. “Calibre veintidós” dijo dirigiéndose al forense, al mismo tiempo que quitaba un arma de la mano de la mujer. “Orificio de entrada, sin salida, en cien izquierda” prosiguió. “No hay testigos, no hay carta, pero esos ojos abiertos son de depresión” y los cerró con sus dedos mientras se ponía de pie y dejaba lugar a la intervención médica. El de científica le preguntó si ese era el celular de la mujer. “Debe ser” dijo Zuriaga como ignorando que el aparato allí estaba. “Yo ya no trabajo analizando tecnología” se despachó.

La mujer vivía sola en esa casa que alquilaba desde hacía unos meses. Trabajaba como secretaria en un consultorio odontológico y, si bien no tenía hijos, mantenía una relación inestable con un joven. Antes de marcharse, Zuriaga ubicó el sánguche de miga y salió de la vivienda masticando lo que quedaba de él. En la vereda se cruzó con su amigo, el comisario Lombardozo que lo miró con recelo sin pronunciar palabra. Subió a su Renault megane negro y se marchó.


* El autor deja libre que se comparta este texto pero que se cite su nombre por derecho intelectual. Víctor Torres es un escritor tandilense nacido en 1985. Se dedica a la docencia y a la composición música. Escribió un par de libritos, ganó varios concursos literarios y participa de tantas antologías literarias. @victortorres0k

martes, 29 de mayo de 2018

Cine, arte y política

Hay una serie de películas latinoamericanas donde se puede encontrar un tópico que,en cierta forma, muestra la sutil contradicción entre "el deber ser" y "lo que se es".
Cuando de política se trata, la forma de entender el mundo y vivir parecen entrar en una tensión que a veces es difícil de manejar, sobre todo para los que tenemos un pensamiento de izquierda centrado en el marxismo y que sobrevivimos al sistema capitalista con desatino.
Ciertos personajes de la historia del arte, retratados en algunos films, dan cuenta de esto. Voy a nombrar, por caso, tres largometrajes porque hace unos días nomás vi online "El mural" (2010, Olivera y Antonio Armonía) que relata un pasaje de la vida del muralista mexicano David Alfaro Siqueiros en Buenos Aires donde realizó una obra maestra en el sótano de la mansión de Natalio Botana (jefe del Diario Crítica).
Tanto "El mural" como "El elegido"(2016, Antonio Chavarrías) y "Frida" (2002, Julie Taymor) expresan una curiosa imagen de protagonistas del arte y la política del siglo XX. En este sentido, surge un interrogante inevitable al reconocer ciertas actitudes ya sea de Siqueiros, Neruda, Rivera, Trotsky y Frida: Las conductas humanas que expresan  ¿se condicen con el aspecto humano que profesa la ideología marxista? ¿Cuánto se impone una ética revolucionaria capaz de superar la realidad que nos conduce a otro lado, menos querido?
En las primera de las películas citadas, Siqueiros impone un discurso materialista (que hasta le cuesta días de prisión) pero sus gestos de posesión no se hacen esperar: goza de conducir un vehículo caro para la época (mediados de los años 30), le expresa a su esposa la necesidad de ganar mucho dinero para tener su propia mansión y se da ciertos lujos burgueses en la casa de quien lo contrata.
En la misma cinta, un joven Pablo Neruda que aún no había desarrollado su militancia comunista, se obsesiona con Luz Brum -poeta y pareja del muralista- a tal punto de tener un affaire con ella (que también se profesaba marxista) a espaldas de Siqueiros.
En esta línea de amoríos y engaños se presentan otras historias en los círculos de intelectuales y artistas unidos por un mismo pensamiento político. Cabe destacar los engaños de Rivera para con Frida Kahlo (que hasta tuvo una relación con la hermana de ésta), y la pintora mexicana con el mismísimo Trotsky.
No sólo se proyectan mentiras y adulteración en las relaciones amorosas entre dichos protagonistas porque también los resquemores políticos atravesaron de manera dramática tales encuentros. Siqueiros fue uno de los autores materiales e intelectuales del ataque armado que sufrió Lev Davídovich durante su estadía en México, meses antes de su asesinato por un militante español de nombre Ramón Mercader, "El Elegido" por un círculo stalinista. El mismo Neruda estaba de acuerdo con la necesidad de "quitar del medio"al creador del Ejército Rojo para fines de los cuarenta.
No deja de resultar curioso que cierto grupo de la intelectualidad de izquierda (sobre todo esa fracción más cerca del PC ruso, radical y autoritaria) se proyectara -en una guerra interna- a la "caza de brujas" persiguiendo a los que, en otro momento, fueron compañeros.
Conocemos el destino del poeta Maiakovsky o Roque Dalton, por citar solo algunos. Y en otro extremo, la reciente decisión de que el líder de la alianza progresista "Podemos" de España compre una mansión por 600 mil Euros mientras proclama "igualdad de condiciones" para sus patriotas.
Quizá, cuando algunas de nuestras conductas humanas, cuando la ética revolucionaria determine nuestro accionar, sobre todo como marxistas, y tengan su coherencia e impronta capaz de transformarnos culturalmente, tal vez así sea la manera de empezar a transformar la sociedad.

miércoles, 25 de abril de 2018

HAIKUS PARA OTRO CIELO


La luz ajena
de otro estará sobre ella
y yo a oscuras.
La canción oye
arrinconada, necia
mi voz molesta.
Quiere su vida
ser más vida, no muerte,
pájaro que huye.
Los nubarrones
que amenazan con caer
no la tocarán.
¿Qué sabe ella si 
he prolongado el día 
para que vuelva?
Un espejo une
lo que quedó de mí:
menos su abrazo.

martes, 6 de marzo de 2018

MESSI NO JUEGA MÁS AL FÚTBOL

No, no es una noticia, ni una primicia, ni una rumor, ni una confirmación. Si quieren puede entender como una hipótesis que intentaré desarrollar.
El fútbol es más que un deporte. Todas la pasiones humanas se reúnen en un rectángulo de hierba; se manifiestan incansablemente en un grupo de personas que, organizados lo que más pueden (porque al fútbol juegan y ganan los orgánicos), arrastran -con cierta habilidad- una esfera de cuero cuyo fin teleológico debe ser la red que se excede de los límites del campo de juego. La estética es un elemento constitutivo, pero sin ella, hay una ausencia.
Decir fútbol es decir Messi. Porque confluye en una verdadera evolución histórica desde cuando este deporte comenzó a proyectarse como un juego para pocos, fines del siglo XIX en la que junto con los grandes avances científicos se creaba un encuentro maravilloso con el propósito de disfrutar. Messi aglutina los caracteres del génesis, los primeros dribleos y regates, los grandes nombres, las estrategias, las técnicas, la habilidad, la erudición para decidir en menos de un segundo lo que se debe hacer con la redonda.
Messi excede cualquier información actual respecto del precio del dólar, del barril de petróleo, de la deuda externa, de otra payasada del presidente, de cualquier tapa de un periódico. Y en la sección de deportes ya no hay que preguntarse si hizo un gol, sino cómo. Y ese cómo es la forma, una manera, todas las formas y maneras, una poética. Todo aquello que en algún momento resultaba imposible, este pibe nacido en Rosario lo convierte en el arte sublime.Y de nuevo la belleza, lo estético.
Sin embargo, pienso a esta altura que todo eso que Messi hizo superó ciertos límites, atravesó barreras y muros y vallas y cualquier obstáculo que se le imponga. Entonces, Messi ya no juega al fútbol. Mejor dicho, juega a cualquier cosa menos al fútbol. Porque igual se divierte. Porque en su cuerpo lleva la didáctica de lo épico y la epifanía del deseo. Porque decir que Messi juega al fútbol es un despropósito y con el perdón que se merecen otros jugadores profesionales, comprendo que “La Pulga” ha logrado transferirnos a otro universo.
Se me ocurre pensar que se parece más a un jugador de pool: en sus pies hay un taco que guía con precisión adónde debe ir la pelota.¡Si no fíjense el gol de tiro libre al Girona del domingo pasado! La barrera salta como en un ballet teatral y el balón pasa tenue para depositarse contra el palo opuesto del arquero que ve cómo sus compañeros han dado el espacio suficiente para quedar en ridículo. Pero de pronto es mago, y alquimista, y atleta del perseguido, y malabarista en un semáforo, y gimnasta, y esgrimista, todo a la vez, y flamea como una bandera (celeste y blanca), porque hay que agradecer que haya nacido ene stas tierras, en la tierra.
Insiso: Messi ya no juega al fútbol. Juega a otra cosa. Es poco decir que es un futbolista: su capacidad creativa dentro de una cancha merece mejores elogios, incomparables con quien sea. Hace rato que Messi es un mortal que ha venido al mundo a satisfacer los ojos (eso que hace inmortal) de los que deseamos un poquito, aunque sea, de buen fútbol por más que lleve otra camiseta. Y eso, eso queridos lectores, es un concepto nuevo y a futuro que ha introducido este muchacho con el talento de sus pies.

lunes, 5 de febrero de 2018

Mi tiempo


 Por Víctor Torres (Tandil)
Te doy un segundo para que respires
y, al mismo tiempo,
aproveches en darme un beso.

Te cedo un minuto para que pienses
antes de cerrar la puerta.

Tienes un período absoluto
para escribir una misiva
o dar una señal de que estás aunque no estés,
para volver cuando tengas ganas.

Te ofrezco mi eternidad para que me acompañes

cuando te quedes sola.

martes, 9 de enero de 2018

Una de caníbales

Por Víctor Torres

Los ejercicios de la humanidad están condenados a convertirse en actos terriblemente inhumanos. Ante la posibilidad de luchar por sobrevivir, la individualidad del hombre es capaz de manifestar sus peores mezquindades ante su propia condición, porque eso es lo que ocurre en la flamante obra "Cadáver exquisito" de Agustina Bazterrica, reciente ganadora del premio Clarín de novela.
El sistema capitalista es la explotación del hombre por el hombre, en la trama ficcional de CE ya no basta con la opresión y la alienación: es necesario domesticar la vida humana para poder alimentar al resto de los humanos.
"Tener una cabeza doméstica en la ciudad es un signo de estatus que da prestigio", civilización y barbarie parecen ser la misma cosa, pero entre el devorador y el devorado hay una grieta establecida que nadie piensa ceder.
Los animales ya no pueden ser comestibles. El gobierno ha advertido que un virus mortal hace imposible el consumo de carne animal. Entonces, "la ley del más fuerte" se antepone y se constituye "la lucha por la supervivencia": los frigoríficos de carne humana dominan el mercado en manos de otros humanos que se asumen el poder decidir quiénes son aptos para el consumo y quiénes no.

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En el mundo de la novela, lo fantástico no es tan fantástico, lo terrorífico no es tan irreal. Justamente, ¿qué puede haber de irreal en un mundo en el que la humanidad se ha vuelto tan individualista, donde prima el "sálvese quien pueda", donde somos capaces de "pisar la cabeza" de otro para obtener nuestros propios beneficios?
Una cadena de montaje natural, sin miramientos, parece hallar su lógica en el universo de Cadáver exquisito. Nadie se cuestiona "quién se come a quién": la naturaleza impuesta ahuyenta cualquier posibilidad de caos porque nadie lucha contra eso: si hasta los más pobres asaltan un camión jaula cual zombies para poder devorar lo que llevan adentro.
Marcos Tejo, el protagonista, trabaja en un frigorífico que produce y selecciona reses de carne para ser consumida, pero carne humana. Su labor allí lo tornan un sujeto ausente de sus propias condiciones de vida. La pérdida de su hijo y la separación de su mujer, lo llevan por caminos sinuosos para replantearse qué es lo que le falta. Hasta que llega Jazmín.
Con un lenguaje singular, tiempo y espacio determinados en un futuro próximo, una trama atractiva de principio a final (por momentos kafkiana) que conduce a una lectura voraz, tan voraz como el hambre humano de ingerir a otro humano.

martes, 7 de noviembre de 2017

NOS HAN ROBADO EL PARTIDO


El tipo llegó al bar sobre la hora. Por supuesto, se tuvo que quedar en la puerta adonde se agolpaban otros muchachos del barrio.
Desde la barra del club, don Horacio observaba todo orgulloso: los parroquianos un domingo por la tarde, la clientela de siempre y borrachos nuevos desparramados por las mesas y los pooles, la pantalla grande del tele y el pack que la comisión adquirió con esfuerzo y "afán".
- ¡Vamos muchachos que hoy hay que ganar como sea!- alguien decía.
Mientras, como sea, el tipo se trataba de acomodar en el escalón de la puerta para ver alguna jugada aunque sea, algún corner, alguna patada. No tenía plata para consumir, claro, ni tampoco lugar para sentarse a consumir. Al lado de la puerta, una ventana cuya persiana que daba directo a la pantalla desde la calle, apenas dejaba entrever las líneas del campo de juego. 
La imagen puede contener: una o varias personas y exterior

Escuchar se escuchaba. Más allá de algunos gritos eufóricos de los hinchas, cada tanto la voz del relator se dejaba oír como un suplicio. Hay relatores que pronuncian bien una marca auspiciante y como el ojete el apellido del marcador de punta...
"Al pedo vine hasta acá", se dijo, "para eso me hubiera quedado en casa..."
Porque antes uno se quedaba en casa, tranqui, a mirar el clásico, con amigos o familia, tomando unos mates o qué se yo... Pero ahora, ubicar un lugar cerca, averiguar precios, llegar temprano, conseguir buena ubicación frente al Led...uffff. ¡Para eso iba a la cancha directamente!
En un momento se escuchó un gol. Y el tipo detrás de la puerta, cabeceando hasta alcanzar una breve imagen aunque sea, un color distinguido, tratando averiguar de quién: para gritarlo si era de su equipo; para lanzar un insulto al aire si era de ellos. Al aire, al gobierno, al arquero, a la empresa del servicio, al árbitro y a la reputísima madre que lo re mil parió...
¿Cuándo disfrutar de un espectáculo popular -como lo es un partido de fútbol - se transformó en el privilegio de unos pocos? ¿Cómo fue que se adueñaron de nuestros derechos? ¿Cuándo vendrán por nuestros sentimientos si es que aún no han llegado?
El tipo se harta de ser el chivo expiatorio del sistema y retorna a la casa con su hijo. El pequeño que tampoco había podido ver nada ni ser visto, una cuadra después le comenta: "fue gol de ellos, ¿no?". Luego de un respiro, el tipo le respondió "Sí, pero ya se lo vamos a dar vuelta".

martes, 26 de septiembre de 2017

AFERRARSE A LO MATERIAL ES ANTIHUMANO


Jacinto tiene doce años y como todo chico de esa edad se ve fascinado por todo chiche nuevo que aparece en la TV, en internet, en carteles gigantes de la calle que nos tapan el sol, el cielo.
Sergio, compañero de escuela, recibió de regalo en Navidad un celular último modelo, de esos que pareciera que nos transportan a otros mundos con solo apretar un número. A Jacinto lo maravilló tanto tal aparato que de inmediato le preguntó a su padre si le podía regalar uno igual "o parecido". Su padre, changarín, descartó tal posibilidad: "con los gastos de impuestos y el alquiler de la casa es imposible mijo".
Federico, su vecino inmediato tuvo la fortuna de merecer una Play Station: la última (no sé porqué número van). Jacinto deseaba una igual y le rogó a su madre un juego con idénticas características. Ésta lamentó confesarle la imposibilidad de tal privilegio.
Cansado, deseoso, sentía ganas de mudarse de planeta donde la tecnología no avanzara tanto así no se retrasaba. Fue así que entró a una juguetería céntrica y extrajo, con total confianza, una pequeña consola de juegos y música que hace tiempo lo venía mirando con ternura del otro lado de la vidriera. No se sabe quién se pretendía más. Él la miraba como a esa novia imposible. Ella sospechaba de que si el pibe tendría la plata.
Jacinto corrió, corrió con todas sus fuerzas y las que no tenía.
Un agente de policía que custodiaba la zona y los trabajos sucios lo detuvo y lo llevó a la comisaría del menor. Indagatoria, fotos, datos, antecedentes, lugar donde vive (residencial o villa decide futuro), precinto que le lastimaban sus muñecas diminutas. "Si querés te lo presto" le dijo al comisario.
Acertijo: ¿Dónde está la injusticia? ¿En el que acomete para satisfacer un deseo o en el consumo que nos impone la forma vida?

sábado, 26 de agosto de 2017

Santiago Maldonado, poema para encontrarlo

Dónde,
dónde.
Dónde depositar
tanta furia latente,
tanta bronca acumulada.
Dónde,
dónde.
Otro día,
y otro y otro.
Dónde.
En algún lugar
tiene que estar
su sombra espesa
su barba más crecida
el pelo enmarañado
su arco y su flecha
su asco de tanta injusticia.
Dónde,
dónde.
Alguien,
algo,
hizo de él
profana ironía;
entonces
dónde.
Yo sé
que al verdugo
le pesa la conciencia;
miren su miedo
tartamudea:
El poder esconde
en su pavor perverso
los rastros solemnes
su insólita mirada.
Pues, dónde,
dónde,
dónde.
Es un grito,
una pedrada,
Un malón
y su tierra defendida
del sur rebelde
del frío
pero, dónde,
Dónde.
Nos preguntamos
y ustedes silencio, ustedes
N
A
D
A.

(Víctor Torres)

miércoles, 26 de julio de 2017

BORGES Y PERÓN POR VIÑAS. ANÁLISIS DE CITAS


Con las lecturas de Viñas me pasa que siempre clarifica todo lo que uno piensa o quiere decir.
En "Facundo o Martín Fierro" Carlos Gamerro cita a David en el capítulo "Borges o Perón" con un fragmento que apareció hacia 1981 en la revista francesa Les Temps Modernes.
Se trata de un cross muy típico en el enunciado davideano por su forma y un punto de vista que delimita las reales condiciones políticas que se alimentan de ciertas diatribas.
En mi librito "Notas en el margen: apuntes de lecturas perdidas" (2015) hay un apartado donde intento plantear otros tópicos en el mismo sentido, cómo desde la ficción Borges y Viñas habían calificado al peronismo como un autoritarismo propio de los que se daba en Europa por aquellos años (fascista, para ser más concretos) .
Aquí dejo la cita: "Borges y Perón ´son dos burgueses´. Dos grandes burgueses. Y si se quiere, los dos burgueses más célebres que ha producido Argentina. Con ellos culminan la literatura y la política concebidas en el núcleo programático inicial de 1845, dado que Perón y Borges son la concreción perfecta de esta conciencia posible. Lo que quiero decir es que las variantes a las que puede llegar el pensamiento burgués son infinitas. Infinitas sus posibilidades de combinación, pero finitos los ingredientes a partir de los cuales han sido formuladas la teoría y la proposición programática; y, lo que hoy me preocupa, agotadas"

sábado, 1 de julio de 2017

Códigos del potrero

Cuando éramos pibes, el campito del barrio era nuestro estadio de fútbol. Un lugar de encuentros, no de competencias.
De manera implícita habíamos creado una especie de decálogo que funcionaba como "códigos" del potrero.
Los sábados son días de nostalgia y me lo recuerdan, me traen la niñez que allí debe haber quedado:
1. Por más burro que sea, el dueño de la pelota siempre juega.
2. El "gordito" al arco.
3. No vale "fusilar".
4. El que la tira lejos la va a buscar.
5. En el pan y queso se elige por afinidad, no por talento.
6. El que juega con tapones no puede ir al suelo.
7. La cancha termina en el asfalto.
8. El partido termina cuando no haya más luz.
9. Se juega para divertirse.
10. La gaseosa la tomamos todos.
(Fragmento de mi próximo librito "La pelota por abajo")

jueves, 1 de junio de 2017

Venezuela: avance de la derecha y sostenimiento de las conquistas


Ensayo un humilde análisis sobre la situación actual que atraviesa la república Bolivariana de Venezuela. Pero, para el poco análisis serio que hay, me atrevo a manifestar mi propia mirada.
Lo primero que me sale expresar es una obviedad pero a veces, en el manejo desaforado (hasta violento) que hay en las redes sociales, parece no ser tenido en cuenta. Maduro no es Chávez. Pero no sólo de personalidad se trata. Es que la perspectiva con que se suelen mirar ciertas cosas indefectiblemente atentan contra la figura de los líderes.
Hay un título que resulta primordial de entender: Venezuela vive hoy un Golpe mediático. Todos los medios de comunicación en nuestro continente son manejados por el establishment que responde a intereses económicos y de hegemonía de poder, más precisamente imperialistas. Venezuela no es la excepción, por el contrario, es la más castigada. A diferencia de los conflictos que sufrió Evo en Bolivia (con la crisis del sector minero y los trabajadores precarizados) o el despojo que han sufrido las comunidades indígenas en la Ecuador de Correa, por marcar dos ejemplos, la tensión en Venezuela es un claro programa de destitución -en manos extranjeras- de una revolución que, a mi criterio ha perdido esa esencia que la vio triunfante y determinante (en otro contexto mundial, es cierto) del que dista hoy. Y en cuanto a esencia me refiero a lo concreto, lo cotidiano, el bolsillo (datos de un conocido que vive allí); al desabastecimiento no sólo de los grandes monopolios de los alimentos (que no resultaron vencidos en la puja) sino que las propias cooperativas han dejado de producir por escasos recursos estatales porque al mismo Estado se les hace imposible sostenerlas.
Puede sonar a crítica, ¿acaso está mal hacer una observación respecto del día a día que viven los venezolanos? Pero claro, el problema es que la derecha ha perdido terreno en casi veinte años de chavismo (mala palabra para la prensa monopólica), su status quo, y ha encontrado hoy (apoyado y fogoneado por los medios locales y extranjeros) la capacidad de poner en jaque años de una construcción de masas histórica.

Resultado de imagen para revolución bolivariana


Pero una revolución socialista, se defiende. Aún con un abanico de críticas y demandas que se le puede hacer, es preciso comprender la batalla que ha librado el pueblo por sostener los avances jamás realizados. La enorme cantidad de elecciones ganadas y las asambleas comunales son herramientas poderosas para pensar en el proceso que cuestiona la idea de "autoritarismo".
Y vuelvo a Maduro. Pero no pienso caer en la trampa de su demagogia y vanidad -que, por momentos, le brinda gestos a los medios que estos luego difunden convirtiéndolo en el "diablo con bigote"- porque configura un blanco fácil de atacar. Entonces, hay que considerar con seriedad el "poder popular" que en Socialismo del Siglo XXI proclama y que en Venezuela, insisto, ha dado sus frutos y no es un dato menor. Después se ve si es oportuno discutir el "sistema punteril" que ha tenido el chavismo en algunas políticas asistenciales o la exportación de petróleo al enemigo principal, porque lo importante sigue siendo la Asamblea Constituyente que su verdadero poder puede traer calma si es manejada por y para el pueblo.
Y para cerrar, la "carta de los intelectuales" que le ha servido más a la prensa reaccionaria que al verdadero sector progresista (del mismo modo, algunos partidos que  se han manifestado en la Embajada ¿con qué criterio?). Igualmente, ¿quién (se) brinda el mote de "intelectual"? ¿Cuánta influencia tiene en el día a día de los ciudadanos/as? ¿Beatriz Sarlo es de izquierda? Convengamos que Atilio Borón tampoco porta una lucidez deslumbrante como para decirle a Maduro (o a cualquier dirigente) que es lo que tiene que hacer su pueblo.
Es importante lo que sucede en Venezuela para toda la región. Y es determinante lo que ocurra de aquí en más para que la Revolución gane otra batalla con el protagonismo de un pueblo valiente, de niños en la escuela, con buena alimentación y mejor salud.