jueves, 13 de junio de 2013

FAIR PLAY



Mucha expectativa en el estadio enlatado. La gente alienta sin mayor alboroto y hasta parece meterse en la piel de los jugadores que apenas traspiran moviéndose a lo ancho del terreno.
Rápidamente llegan los goles y el cambio de balón (retenida por una máquina exitista). El tiempo pasa y los jugadores luchan cada pelota sin perder sus puestos haciendo pasear la pelota por el rígido campo de juego, se ven manipulados (ya no por los empresarios) por los espectadores que disfrutan más que ellos.
La última pelota resuelve el partido, con un pase "como con la mano", tras una jugada sucia, de remolinete.
Final del pleito, no por el tiempo, sino que ya no hay más monedas para jugar otra ficha.