lunes, 24 de octubre de 2016

DÍAS Y NOCHES (Homenaje a Borges, a 30 años de su muerte)


La oscuridad me sabe a ultraje,
vanidad que algún relato
bíblico y/o mitológico
se apoderó de mí.
Los mares de Ítaca,
por ejemplo,
muestran navíos agazapados
durante días y noches
que sin embargo no puedo ver.
Vaya ironía entonces
la de las luces del tiempo.

Alguien hizo fuego
con melancólica ira:
los sueños de Alonso Quijano
se cuelan por esa hendija,
vasta y eterna, oblicua y rampante.

Ojos, ¿para qué los quiero?
Una melodía le hace sombra
al camino desierto.

Yo -que vi el universo
en ese peldaño pretencioso
de la calle Garay,
que vi al hombre
con sus mil caras
y los astros en la biblioteca de mi padre-
hoy me encuentro ciego y solo,
fatigado como plegaria de Homero
cuando todo era lo otro.

¿Quién seré después de mi?
Toda astucia es sinónimo
de inteligencia.
Soy yo, Borges. Borges soy.
El de la esquina rosada
cuyo destino bárbaro
hizo que empuñara un arma
nuevamente más allá de las vías,
quizá en la pampa.

Que alguien pronuncie
con magnánimo duelo y desorden
este nombre
para que se haga
al fin
la luz.

lunes, 17 de octubre de 2016

Víctor Torres en Feria del Libro Puerto Lectura 2016

Por Cecilia Gianelli (de su blog blogdecee)


Contagiando entusiasmo desde el principio, Victor Torres comenzó contándonos cuál era su lugar de preferencia y desde dónde planteaba el libro: ser lector y docente.

El joven autor nos contó que concibe la literatura conectada con la política y la realidad social, más allá de su concepto estético. De allí la importancia de leer, o releer, ciertas obras claves, como elMartín Fierro [1872], de José Hernández, el Facundo... [1845], de Sarmiento, El Matadero [1871], de Esteban Echeverría o Amalia [1862], de José Mármol. Todas obras imprescindibles a la hora de pensar el siglo XIX, escritas por intelectuales que además, participaban en política con distintos posicionamientos.

Fue muy interesante escuchar las diferentes imágenes que nos llegan a través de la literatura de figuras tan populares, famosas, controvertidas,... como pueden serlo las figuras del Martín Fierro o de Evita. Ficción y realidad unidas y alimentándose, ambos personajes atrapantes para cualquier lector, por distintos motivos.

Así paseamos, con Victor Torres, por un gaucho combativo y desertor, denunciando los abusos de la sociedad de su época, a uno reflexivo y moderado, coincidiendo con una sociedad y un país que cambiaban. David Viñas, Borges y tantos más para definirlo, para unos es un hombre íntegro, para otros un marginado. No se agotan los calificativos.

Sería como pretender aunar los referidos a Evita o al peronismo, donde encontramos muchos ejemplos de escritores que están en las antípodas: Borges,Viñas, Soriano,... Nos recomienda leer los cuentos: «La señora muerta», de David Viñas, «El simulacro», de Borges, «Evita vive», de Néstor Perlongher, entre otras muchas valiosas recomendaciones. También la obra de teatro de Raul Damonte Botana, Copi«Eva Perón».
Creo que nos quiso transmitir que no nos enfrentemos a estas variadas posiciones, sino que como lectores, construyamos nuestra propia opinión y juicio, enriqueciéndonos con todos ellos, ya que contamos con un corpus que nos lo permite.

También se refirió a la dificultad de editar, pero agradeciendo siempre a la Feria de Libro de Mar del Plata, por el lugar que daba a los escritores independientes y autogestionados. Al considerarse un lector que promociona la lectura, agradeció y valoró los pequeños espacios donde se divulgan y recomiendan los libros.

La charla siguió de manera distendida y cordial, muy relajada. Victor Torres fue inspirador en muchos aspectos. Contándonos anécdotas de sus alumnos y el fútbol, su otra pasión, nos contagió su apasionamiento por leer, analizar y transmitir lo que leemos.
Y mucho más, hablando de la actualidad y los temas que ahora toma la literatura.

Finalizó con la lectura de unos de los textos del libro que recomiendo comprar: «Evita en los avatares de la ficción nacional» [Notas en el Margen].


Victor Torres leyendo un capítulo de su libro.




La figura de Eva Perón es una de las más destacadas no solo en la política sino también en la literatura. Su belleza, juventud, compromiso, santidad e incluso su muerte [lo trágico y el maniquísmo alrededor de su cuerpo] tejen una trama perversa e impoluta al mismo tiempo en la vasta obra de la literatura nacional...
















Notas en el margen Cuentos para despertarse, de Victor Torres.





Sus dos libros que compré ayer y comentaré próximamente.











miércoles, 21 de septiembre de 2016

Café literario y crítica en Feria del Libro de Necochea



El próximo sábado desde las 10 de la mañana se llevará a cabo un CAFÉ LITERARIO en el marco de la Feria del Libro y las artes en la ciudad de Necochea.
El mismo estará coordinado por el profesor y escritor tandilense Víctor Torres, autor de "Cuentos para despertarse" y "Notas en el margen".
Se hablará de crítica y narrativa en la literatura argentina actual. La cita será en la Galería Central y la entrada es libre y gratuita.

martes, 6 de septiembre de 2016

Taller de escritura de la UNICEN 2016

Ya está abierta la inscripción para participar del Taller de Escritura que promueve la Secretaría de Extensión de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. El mismo será coordinado por el profesor de Literatura y escritor local Víctor Torres (autor de "Cuentos para despertarse" y "Notas en el margen: apuntes de lecturas perdidas" y que obtuvo recientemente premios literarios).
El Taller será dinámico, donde experimentar la escritura de distintos géneros literarios y conocer recursos para diversas técnicas de producción escrita y lecturas.
Los martes de 18:30 hs a 20:30hs en la Sala C del Centro Cultura Universitario de Tandil será la cita, previa inscripción en Yrigoyen 662.



miércoles, 31 de agosto de 2016

Libro autogestionado de ensayos a la venta

Mi libro de ensayitos y reseñas "Notas en el margen: apuntes de lecturas perdidas" ya está a la venta. Es un libro artesanal, autogestionado: valor $80. Por privado se encargan y se imprimen.



Les paso el índice para específicar de qué va la cosa:
ÍNDICE
Prólogo (La crítica literaria actual)
Walter Benjamin: Tiempos y destiempos de la historia
Futuro y retrospección en la obra de Ezequiel Martínez Estrada
El realismo de Gálvez
El mundo Laiseca
Blajaquis y el cielo por asalto
El “viaje” como modalidad literaria
Homosexualidad en la literatura argentina
El (extraño) efecto Aira
Bonaparte y Bolívar en la mira de Marx
Evita en los avatares de la ficción nacional
Mariátegui y la dimensión estética
El “arte de narrar” en Walter Benjamin
Arlt y Soriano: una continuidad
¿Las ideas no se matan?
La literatura francesa en las letras argentinas
Literatura popular en estos tiempos
Mansilla, el escritor que le dio voz a los marginados
El escritor tandilense y la tradición
Algunas categorías para leer a Viñas
Tirar a Casas por la ventana
Borges y Viñas: miradas sobre el peronismo
RESEÑAS
Un muerto en el baúl
Reconstruir la historia, Martín Kohan
El cometa Oyola
Cámara y acción
El evangelio según Fogwill

                                                         Víctor Torres (2016)

domingo, 28 de agosto de 2016

Amor, desamor, fútbol (pieza teatral de un solo acto)

  

Se abre el telón.
Mesa de un bar. Es de noche. El Negro está sentado solo. Viste camisa y en uno de los bolsillos un paquete de cigarrillos. Fuma uno mientras relojea el diario. Por el foro aparece Roque, en bermudas, camiseta blanca y chinelas. Muestra cara de angustia. Se sienta al lado de su amigo y éste lo mira aunque sin abandonar el periódico. Un minuto después:

NEGRO: ¿Qué pasa Roque que tenés esa cara de referí asustado?
ROQUE : (triste) La rubia. Me pateó.
NEGRO: (dobla el diario a la mitad y lo deja sobre la mesa) ¿Cómo? ¿Qué pasó?
ROQUE: Me agarró en orsai.
NEGRO: (agarrándose la cabeza) ¡No! Ay, Roque querido...
ROQUE: Sí Negro, le fallé como penal de Delem. Ya lo sé.
NEGRO: No me digas que te embobaste otra vez con la Turca.
ROQUE: (empieza a gesticular con las manos)Y... la vi, nos abrazamos... ¡Me la dejó picando, me la dejó! Y la rubia me enganchó.
NEGRO: ¡Qué mala suerte amigo! (le palmea el brazo izquierdo)
ROQUE: (Lamentándose) ¿Viste vó? ¡Más desgracia que gol en contra!. Mirá que la venía gambeteando, pero... ¡La turca es la turca, hermano! Y la tenía que embocar, no podía desaprovechar ese mano a mano ¿entendés?
NEGRO: Pero la jugada te salió mal ¡Le pifiaste abajo del arco! La rubia te embocó a vos. Ahora, vos también... ¡ tenés más desbordes que Garrincha! (cuenta con los dedos) Antes la Chola, ahora la Turca...
ROQUE: (Se agarra la cabeza) ¡Ay, la Chola! Si no me la encuentro mirá, pega en el palo... ¡Es un lujo esa mina! El otro día la vi en el barrio, se movía como Boyé adentro del área (moviéndose de un lado a otro)...
NEGRO: ¡Un palazo te va a dar el marido! (Agarrando el diario y haciéndo un gesto de golpe)
ROQUE: ¡Pará de fauliarme amigo! ¡Tirame un centro! Además, a ese me lo paso de taquito. ¡Se la clavo en el ángulo, se la clavo! Como cabezazo de Erico...
NEGRO: Mirá que sos bravo Roque, eh. ¡Siempre el rebote te cae a vos! Sos como laiman bien ubicado: ¡no dejás pasar una!
ROQUE: ¿Sabés lo que pasa Negro? Las minas son así, son como el fúbol...
NEGRO: (Lo mira sorprendido) ¿Como el fúbol? ¿Por?
ROQUE: Pasión, sentimiento... y no se les puede decir que no...


                                         SE CIERRA EL TELÓN.

jueves, 25 de agosto de 2016

Conferencia: Libros y escuela. La biblioteca como paraíso perdido

Por idea de una colega, el próximo viernes comienzo a coordinar un espacio de charlas denominado "Libros y escuela: la biblioteca como paraíso perdido".
La primera será el próximo viernes 26 a las 18:15 hs en la carrera superior de Bibliotecología que funciona en la Escuela Normal.
La próxima, a confirmar será en el anexo que la carrera tiene en Vela.
Los/as esperamos!

sábado, 20 de agosto de 2016

Ulises, novela y epifanía

Es difícil leer el "Ulises" de Joyce tanto como "Absalón" de Faulkner (lo dejé en la primera parte al igual que "En busca del tiempo perdido de Proust). Y eso que las lecturas previas de "Dublineses" y "El retrato" son precisas para enfrentar uno de los textos más importantes del siglo XX. Los ensayos de Carlos Gamerro y Luis Gusman también aportan lo suyo en esta experiencia.
Joyce pinta Dublín como Kafka a Praga. Y es más: Joyce reconstruye la ciudad, el plano, las calles, sus mitos, a tal punto de que el "Bloom Day" se festeja como si fuera una parte importante en la historia de la ciudad, que en este caso parte de una ficción. Y la lengua, por que Joyce se apropia de la lengua cuyo emblema es Shakespeare y le aporta las voces que imperan por esos tiempos (por eso Beckett tuvo que aprehender el francés).
Leer el Ulises sugiere estar atento a la polifonía que presenta el texto: las disrupciones y locuacidades implícitas suponen un lector concentrado e hilar a medida que el texto se desarrolla. Esa es una gran virtud del autor, quizá el novelista del siglo.
Lo que está claro es que, por ejemplo, "Rayuela" me termina pareciendo una novela "mala" al lado de Ulises. Quiero decir: Cortázar hace uso de algunas técnicas narrativas que Joyce había escrito casi medio siglo antes, no entiendo porqué esa devoción entonces por "Rayuela" (y el prestigio cobrado por lo "novedoso"). Y si me apuran, Macedonio Fernández ya había establecido los procedimientos que Julio Florencio utiliza en su novela y ubicables ya en "La muerte de Artemio Cruz" de Fuentes.
Si hay una genialidad en Cortázar son, indudablemente, sus cuentos. En cuanto a la novela, voy a seguir aventurando con "Ulises".

viernes, 22 de julio de 2016

Williams y la lucidez marxista

¿Es posible pensar en un marxismo lúcido de la mano de un inglés? Con Raymond Williams la respuesta es afirmativa. Hay veces que se cree que los países imperialistas solo pueden dar pensadores imperialistas. Basta conocer a Chomsky e incluso a Ramonet o Jamenson, en esa línea es que Williams (como su discípulo Eagleton) resulta ser un inequívoco teórico para pensar el marxismo en estos tiempos de "desideología" y dominación de un capitalismo "moderado".
Dirá Luis Mattini (ex militante del ERP-PRT) al respecto "el marxismo tiene gentilicio pero no tiene nacionalidad, El leninismo es el marxismo ruso. El guevarismo es el marxismo de post guerra, liberado de la presión imperial. y así de seguido. La cultura inglesa aporto mucho a la cultura occidental!!! Y claro que Williams es de lectura obligada!!!! Un notable inglés."
Con "Tragedia moderna", Williams aporta elementos interesantísimos para pensar en una teoría de la revolución como un proceso de "desorden" en el que la Revolución o el cambio social son necesarios para el hombre más allá del camino que se elija para ello.
"La revolución sigue siendo necesaria no solo porque algunos hombres la desean, sino porque no puede ser aceptable un orden en el que la entera humanidad de cualquier hombre sea en la práctica denegada".
Williams habla de "formas" en la lucha, de la identificación del enemigo, la correlación de fuerzas, de un socialismo en occidente con sus propias características en cada país. Williams, por momentos, es mariateguiano: piensa en la revolución sin una receta, ni pacífica ni violenta, pero sí como una "tragedia moderna" porque hay que saber sufrir y superar lo caótico de una transformación social con tal de lograr la liberación humana.
En el capítulo 4 concluye: "Entonces ver la revolución desde la perspectiva trágica es el único modo de sostenerla".
Ignorar el marxismo de Williams es desconocer un criterio teórico fundamental de cualquier militante revolucionario o que se identifique como tal.

sábado, 16 de julio de 2016

Mansilla, el escritor que le dio voz a los marginados

Por Víctor Torres


“Y si el lector dijere ser comento
como me lo contaron te lo cuento”
 Lucio V.Mansilla a Santiago


Lucio V. Mansilla fue un escritor genial. Pese a su mirada elitista y liberal, su carácter pedante por momentos consumido a partir de su grado militar, logró una prosa potente y audaz, con un estilo particular en relación a la forma de lo que se escribía hacia la segunda mitad del siglo XIX.
Un prosista muy hábil, con una gran técnica narrativa en la crónica y el relato personal, de diario, gracias a una serie de viajes que realizó desde muy joven por varias partes del mundo.
En esto, su “yo” narrador se apodera y, como le gustaba decir, deja su “estampa”. Mansilla, como coronel,  incorporó en el relato de guerra ciertas curiosidades e historias de “bárbaros” creando un ambiente ficcional entre lo que vive y le cuentan. El testimonio de un “otro” (indios, gauchos, cautivos, soldados) le resultará clave para componer una prosa que le permite hilar entre la experiencia de escuchar y la de escribir.
De hecho, su obra más famosa “Una excursión a los indios Ranqueles” tiene el carácter de epístola cuyo destinatario, su amigo Santiago, recibe el parte sobre lo que observa en los toldos de Mariano Rozas.  En este caso, un viaje tierra adentro, en la profundidad de la llanura pampeana en busca de un contacto fluido con las comunidades indígenas para “negociar la paz”[1].
Ser un escritor era un privilegio para los hombres del progreso. No cualquiera podía dedicarse de la literatura, y en un punto pareciera que Mansilla ocupó un cargo militar para poder narrar. Es decir: se convierte en general del ejército no sólo por poseer un dominio de mandato sino para “ir a la aventura” para encontrar algo que contar. Y dónde sino en la pampa argentina por aquellos años.
La casta a la que perteneció el Coronel, como se sabe, fue de alta alcurnia. Su nivel adquisitivo no le exigía para nada alistarse en el ejército. Sin embargo, es allí donde mejor va a explotar su estética, aunque suene a paradoja.



A diferencia de otros de su generación denominada “del ´80”, como lo fueron Cané y Wilde, Mansilla busca en la barbarie lo que un escritor “civilizado” prefiere ignorar. No escribe sobre los lujos de clase (pese a que viajar a otros continentes lo era) ni se ocupa de describir los pormenores de los salones que frecuentaba: encuentra y pone el ojo en los pesares que le suceden a los oprimidos de su época.
En un pasaje de su estadía en la pampa dice: “Alguien ha dicho que nuestra pretendida civilización no es muchas veces más que un estado de barbarie refinada”. Lucio V. es consciente del lugar que ocupa en las regiones de los “salvajes” cuando los visita: un dandi que ha atravesado la frontera para inmiscuirse en el mundo bárbaro.
“Los siete platos de arroz con leche” es un libro clave para entender estos apuntes. Algunos de los textos que allí se incluyen aparecen tanto en La Excursión como en "Las causeries de los jueves", y resulta una compilado interesante para analizar lo dicho anteriormente.
Hay relatos que merecen ser oídos y transmitidos: Mansilla es más que un cronista de viajes, se apropia de historias para que los de su clase las puedan conocer. Un encuentro con su tío Rosas en Palermo, las historias de Miguelito, Patiño y el Cabo Gómez, una totalidad que forma parte del mundo de alguien que busca en la literatura un motivo para distraerse.




[1] Sobre este tópico trabajé en un ensayo titulado “La excursión de Lucio V”, donde la hipótesis principal es que, a mi criterio, Mansilla da muestras de no estar muy convencido de esa negociación y actúa de manera muy despectiva con la comunidad Ranquel.

martes, 7 de junio de 2016

“Borges y yo” y el poder de la creación




Si se tiene en cuenta el concepto de autor que se funda en el siglo XX, Borges aparece allí como un escritor moderno cuya figura trasciende a partir de la “experiencia”.
En esto, veo cierta cercanía a la idea del pensador alemán Walter Benjamin cuando entiende a la categoría de autor en su función como experimentador:  fleneur o voyeur, aquel que atraviesa ciertos aspectos de la vida como si anduviera caminando por una serie de pasajes.
Borges, en el texto que lo define, parece toparse con algunas de estas cuestiones. Si bien es posible hallar a dos narradores (Protagonista y Omnisciente) como un recurso asiduo en sus textos, aquí se elabora un abanico de opciones del personaje que se mueve en la experimentación: “Yo camino por Buenos Aires y me detengo…” “De Borges tengo noticias por el correo y veo su nombre en una terna de profesores…”. Sería fácil captar dos puntos de vista pero no se reduce sólo a esto.
Cada vez que una persona se le acercaba al autor de “El Aleph” y le preguntaba tímidamente “¿Usted es Borges?”. Éste respondía sabiamente “Momentáneamente”. Esta respuesta sugiere cierta intrascendencia pero, sin embargo, dice mucho de la forma en que Borges se reconocía y, por tanto, pensaba en la construcción de los sujetos que narran en un texto y en su literatura.
La polifonía, entonces, resulta sustancial para comprender esto. “Me gusta la prosa de Stevenson”, aclara. ¿A quién? A todos los Borges posibles: Borges es uno y muchos al mismo tiempo, tal como define él al propio Shakespeare “el hombre de las mil caras”.
Entonces, la creación de este “autor moderno”, que experimenta y se convierte en otro cuando vivencia, resulta una teoría de narrador, personaje y autor al mismo tiempo. “Yo vivo, yo me dejo vivir”, “Yo he de quedar en Borges, no en mí” ¿qué es esto sino narrar la experimentación?


Como dice Martín Kohan, "Borges es el mejor porque hizo de la literatura una manera particular de verla, entenderla, crearla", paradójicamente antes como lector que como escritor. Borges fue el mejor escritor porque antes fue el mejor lector, sin esta condición probablemente su creación no hubiera tenido relevancia. Leyó a la mitología griega y contruyó desde ahí, citó a Dante y Shakespeare (los empoderó en el canon de Bloom), nombró a Chesterton y Kafka y propuso un estilo unánime que condujo a que se encaminase la narrativa europea en nuestras letras.
En "Borges y yo" el autor se mira al espejo -ese objeto implacable tantas veces admirado- y se busca a través de lecturas y gestos que lo hicieron un escritor único, aunque en ciertas ocasiones odiado y amado.
Si bien al final anuncia que desconoce quién de los dos escribe esas páginas, se sabe que no hay solo “dos Borges”. Construye muchos. En Borges importa las formas –barthesianas, la función y la acción, pero más el poder de contar con múltiples perspectivas que hacen de él un autor profundamente creador y esencial de la literatura moderna.

Borges y el problema de las citas
Siempre citar a un escritor o intelectual -¿son lo mismo?- resulta un acto de "culto" o de sabiduría que puede depositar a cualquier mortal en un ser "excepcional".
Una frase, una cita, un proverbio. Incluso la forma más vulgar de un refrán.
Lo ocurrido con la frase jamás pronunciada por Borges -al menos en estado sobrio- es el síntoma de los tiempos que corren. El recurso de la "Fe de erratas" puede ser hasta inútil a esta altura. Que el actual gobierno elija al autor de "Ficciones" para decir alguna cosa interesante (sin caer en redundancias ni frases de almanaque) y tropezar en la verdadera autoría explica mucho más que la significancia misma de la frase.
El autor de "El Aleph" quizá como aquel hombre de la cultura que se atrevió a despotricar contra el peronismo, y eso tal vez sea otro motivo de uso y abuso de su persona. Y Manguel, el nuevo director de la Biblioteca Nacional que hace alarde de haber sido íntimo de George. Y... Todo en su ignorancia.
Justamente Borges, quien en sus trabajos (lean Inquisiciones y los ensayos dantescos) teorizó sobre la cita (¿Cómo olvidar Pierre Menard?) e hizo de ella el arte de una dimensión erudita capaz de justificar hasta lo inexistente. Justo Borges, quien se jactaba de citar autores y obras que jamás existieron, en una especie de lúdico desafío de soberbia y burla para sus lectores.
Yo me imagino a Borges ahora, desde algún lugar de Tlon, riéndose a carcajadas, en una risa que se resbala como una lágrima de pena y desconsuelo.
Hagamos, pues, una "cita" con quien más nos conmueva. Empecemos por un libro.

Por Víctor Torres

jueves, 14 de abril de 2016

La figura de Dios en la poesía del Indio Solari

"Nos merecemos bellos milagros y ocurrirán"
Amok, Amok


La relación del poeta Carlos "Indio" Solari con la figura de Dios es muy atractiva en muchas de sus composiciones. No por religión, naturalmente, sino por la construcción de lo que puede ser una imagen metafísica supeditada a lo esencial de lo que "está más allá" (ultraísmo) de nosotros.
Es la idea de este artículo referirse a algunas nociones filosóficas y estéticas sin caer en falsas y obstinadas precisiones sobre la fe. Entiendo a la cultura ricotera - o "india" si se prefiere- como un estadío profano que en cierta forma "exige" el rocanrol (más cerca del infierno que del cielo), pero con audacia espiritual y de una riqueza poética que excede cualquier análisis superfluo.
Tanto en su trabajo como solista como en la producción colectiva en Los Redondos (con Motorpscico), en Solari se puede observar a Dios como un recurso poético, capaz de por sí solo trazar un paradigma espiritual inquitante y "ceremonial" de cada misa.
Hay frases que son contundentes y articulan una especie de metáfora tendiente a reflexionar sobre lo teológico en lo terrenal. Quiero decir, Solari propone una suerte de "mitología" con su cosmovisión propia en la que, para bien o para mal, el "omnipotente" representa lo esencial del hombre. Y así como se puede hablar de ese rol celestial, también es posible hallar cierto simbolismo en lo que propone en relación al "diablo" y el "infierno", como contrapartida de aquello, como en "Nike es la cultura" donde "el diablo está en el cielo".
Pero, y vale preguntarse, ¿a qué "dios" se refiere? ¿Cómo construye esa idea superior? Porque "Si las superticiones traen mala suerte" entonces debe haber un tipo de creencia que siga un dogma mucho más creíble y fiel a nuestras convicciones.
Así, por ejemplo, uno de los versos más cantados es sin dudas "Dios no está en los detalles de hoy" (Fligth 956). Solari no ignora la presencia de una figura que está por sobre nosotros pero, al mismo tiempo, parece ser una imploración, una necesidad de que "intervenga" o influya en ciertos aspectos de la realidad donde se requiere su "poder". Sin embargo, al mismo tiempo, la idea de "detalles" expresa de alguna manera que ese Dios "no se anda con chiquitas", entonces se le escapan objetos minuciosos que para la vida de cualquier mortal resultan imprescindibles, lo que equivale a decir "y nunca hay terreno sagrado". El llamado "Paraíso Terrenal" no existe, entonces es inútil reclamarle a Dios lo que éste ignora. Como cuando en "Beemedobleve" expresa "Y por aquí el Señor no dio otra vuelta", no desciende para salvarnos y no se apiada porque lo mejor del amor "Dios siempre se lo quedó para él", y sólo nos dejó el pecado con la manzana que mordimos.
A esta idea se le pude agregar lo que manifiesta en una de las estrofas de "Una rata muerta en los geranios" cuando dice: "Necesito de algún paraíso / que obligue a mi cuerpo a jugar con vos / aunque estoy atado a tus diabluras / sabes que estoy siempre a favor del adiós". Es en ese "paraíso", lugar sagrado por excelencia, donde el poeta desea el encuentro humano. 



Pero si "No es Dios todo lo que reluce" ¿a quién pertenece esa luz que se desprende de la crucifixión a la que se aboca el condenado?. En esa canción (de El perfume...) el ciego, el ladrón, los locos: personajes subalternos que se desprenden de un relato casi bíblico. Otra vez "la estrella", que ya no "es un lujo" sino que ilumina a los pecadores (más cerca del "infierno servido" que del "cielo tendido").
Del mismo disco, en "Torito es muerto" el primer verso arranca con un interrogante que es al mismo tiempo una afirmación: "Si Dios no existe cómo es posible/ toda esta vida de más que tenés". Acá, lo existencial es un problema que no nos pertenece: si actúo, si soy, si vivo no es por mi propio mérito sino que responde a un destino superior. "Hay una hoguera para los malos" y, en tiempos pasados, era la Inquisición la que decidía es destino sobre quién merecía vivir y quién no. "Paraíso de los olvidados/ que sopla algún pecado más", dos versos que concuerdan con lo dicho en el tema anterior: los olvidados, los pobres, los excluídos son siempre lo vencidos de la historia (ver esto en el filósofo alemán Walter Benjamin) y los "´pecadores" cuando no "herejes" que persigue la iglesia.
Algo curioso, siguiendo este análisis, es lo que ocurre con la letra de "Satelital". Porque expresa cómo la TV puede transmitir -en vivo y en directo- los degüellos que se dan en medio oriente por causas políticas y religiosas. De nuevo el primer verso "Van a atentar/ Dios no permite": evidentemente aquí Dios sí lo permite, o al menos es el mensaje que las creencias musulmanas expresan: derramar la sangre del enemigo y la propia para estar más cerca del profeta. Pasa que acá, Solari tal vez intenta decir que es la propia transmisión la que condena, más allá si es Dios el que lo aprueba.
Si el Indio señala que "Dios no me quiere", significa que le preocupa no ser considerado por el Señor. ¿Cómo no ser querido si es "el bicho más feo"? Entonces, el de Solari es un Dios caritativo y él un "inocente", al menos en esta canción del disco Porco Rex. Más que caritativo, está con los marginales como en "La murga de la virgencita" donde será "el propio buen Dios" quien la proteja: es un Dios que se apiada de los pobres porque la idea de "bicho feo" no es solo por una cuestión estética sino también  de miseria. Debería, entonces, estar en esos detalles. Es como cuando dice "Si Dios no me quiere en tu eternidad": el que habla es un pobre hombre (sujeto propio del Romanticismo, leer a Goethe), sin consuelo, donde Dios es una especie de obstáculo para el amor. Por eso, "si Dios queda en nada o no existe/ te amaré muchos más", o sea, aún sin su presencia o esencia. Esto me recuerda a unos versos de Baudelaire: "Dios es el único ser que para reinar no tuvo ni siquiera necesidad de existir".
Si pasamos al disco "El tesoro...", hay allí una manifestación -testamento poético- en "La muerte y yo" que es una plegaria risueña sobre el significado de la muerte en Solari. "Y siempre Dios contra todos", porque está claro que es él el que decide cuándo nos llegará la hora (y nos acordamos de él cuando la pasamos mal, como en Pabellón "Me asfixio! Dios!" exclama el personaje o en "Me matan limón" donde Escobar es un ser divino que anda arriba del techo sangrando como Cristo delatado).
El protagonista reflexiona sobre esos instantes donde "el pasado es una sombra" en la que "un paraíso de amor que viví/ en el corazón del infierno". En "Ciudad Baigón" describe cómo es ese cielo y el infierno, y le agradece a Dios que "nadie sigue con mis consejos".

Como vemos, la existencia de una figura paradigmática como Dios es más que atractiva para comprender algunas ideas, metáforas e incluso ironía en la que los mortales muchas veces nos acercamos o alejamos según nuestros pareceres y el poeta Solari, con su capacidad creativa, nos lo demuestra bellamente.
¿Es creyente el indio? ¿Es ateo o gnóstico? ¿Importa eso? Lo cierto es que en su poesía abundan las menciones a una idea espiritual superior, casi mitológica incluso creada por el propio Indio: el rito pagano en las misas motivan a recurrir a un ámbito sagrado que tiene fieles, cada vez más: esas ciento de miles de personas que con su fe a cuestas -en cada melodía- recitan las palabras del redentor Solari.

Víctor Torres

miércoles, 23 de marzo de 2016

Poema de cuando te crees más piola que yo


Huele a pescado podrido
a bacalao,
tu pascua perversa
con esa bandera de estrellitas muertas
de imperio metiendo la cola
en estas nuestras tierras.
Acá hubo muertos
y ustedes jalaron el gatillo,
yo no me olvido, de eso se trata la memoria;
ustedes que se sacan selfies con Cristo
mientras sufre los pecados que todavía no cometí;
esos muertos
y otros más nuevos,
ustedes que ponen la calcomanía
de una familia tipo
en la puerta trasera del auto,
ustedes que juegan al ludo
y quitan del medio a los pobres
con la suerte de un dado.
Yo voy haciéndome el que no sabe nada,
el pelotudo con esta cara que no me banco
pero sabrán que sé
limpiarme el culo sin que quede mierda
y vomitar a donde el perro no llega.
Y un mal día me verán cansado
y les escupiré la cara y las manos
para que se chupen los dedos
de mi saliva maloliente, pero sincera.
¡Si le chupan las medias al jerarca de turno
mirá si no me la van a venir a chupar a mí!
Yo sé, también,
que admirás a la revolución
pero cuando se te antoja te vas a Cuba
en cuna de oro y en clase turista de primera:
gil, gila, careta, oligarca, garca,
si hasta la cara de pija sin bolas
ponés cuando vacacionás con dios.
Se te cae el culo cuando ves pibitos/as pobres
y vos comés en los mejores restaurantes,
vos comés todos los días.
Sos tan piola que preferís mirar un monumento
y admirarte
sin ver que a un costado te están pidiendo una moneda.
Para vos también hay
que vas corriendo la silla
para el lado de la oficina que te conviene
y en tu chatura de niño/niña malo/mala
sucumbís ante el primer grado monetario
que no te haga perder el bondi de tus privilegios.
Vení, vení, si te la aguantás,
cagame acá en la vereda de la casa que alquilo
que voy a soltar al perro
y te morderá con sólo olerte, con esta rabia
que es la espuma de la muerte
y te harás pis encima como siempre
pidiéndole a mamá los pampers
que te quedaron de la primavera pasada.
Acá tenés mi otra mejilla,
la otra la puse ayer mientras vos dormías;
acá tenés mis palabras escritas
señal de que no tenías nada que hacer.
En mi barrio somos así:
una vez le robé a un rico
para hacer justicia:
el muy idiota se creía feliz y ahora vive con miedo,
no lo dice pero por las noches
teme verme en la oscuridad de su encierro.
Yo voy a seguir silbando
por si al viento le hace falta fuerza;
a las marionetas se les cortan los hilos
si quieren ser libres,
¿vos podrás? ¿querés serlo?
Y sino, está bien: seguí haciéndole el caldo gordo
a la gilada que te pone la manzana podrida en el plato:
yo, en vez de ellos,
te voy a enseñar qué podés hacer con las semillas.

viernes, 26 de febrero de 2016

NUEVOS VERSOS DE MISERIAS DE ANTAÑO


Soy el niño baleado
mientras murgueaba en el barrio,
el mantero echado
de la avenida Rivadavia;
el trapito que cuidaba
lo más preciado de los chetos,
el cartonero de Eloísa que anduvo
tapeando cuentos y versos.
Soy el loco que enloqueció
en aquel lugar oscuro
cuando reprimió en el hospicio
la maldita metropolitana.
Soy el peón del latifundista
que ya no paga impuestos
(y mucho menos mi sueldo);
vengo de un país hermano
para ser encerrado
en un taller clandestino.
Soy el célebre estatal expulsado
de un plato sin pastas, sin nada;
en indígena que acampa
para que no haya compañeros detenidos.
Soy el maestro que enseña
el camino en el aula
harto de andar mendigando
las migas de los jerarcas.
El bolsillo roto,
los zapatos gastados,
seguiremos en la calle
contra los mismos villanos.

martes, 16 de febrero de 2016

QUÉ ES LA LITERATURA. JEAN PAUL SARTRE

"¿Qué es la literatura?" de Sartre funcionó como un texto canónico para mediados del siglo XX. De hecho, fue inspirador en la idea de "escritor comprometido" que los jóvenes contornistas manifestaron en los años cincuenta.
En varios pasajes, el libro es revelador. La pregunta "¿Para qué escribir?" supone algo más de lo que Sartre desglosa; diferenciándola de los demás lenguajes como la pintura o la música, la literatura exige un grado "material", de estilo y forma, al que el autor prefiere distanciar del "realismo" desde la concepción soviética. De lo social, un escritor no puede escapar.
Eso me lleva a cuestionar que en la narrativa argentina contemporánea, escasea cierto "compromiso" al que Sartre hace referencia y Viñas, por ejemplo, supo esgrimir. Y acá agrego yo un interrogante, ¿A qué se debe la falta de compromiso en nuestra literatura actual? ¿Acaso ya no hay contra qué pelear?
Por otra parte, vale rescatar algunos párrafos que me hacen pensar en cierto modo que Sartre brindó incluso algunas pautas para el trabajo que Barthes haría algunos años posteriores con el estructuralismo y la crítica literaria.
Respecto de esto último, creo que es lo más interesante que plantea Sartre: la crítica no para engalanar un texto sino para ayudar a comprenderlo y que trascienda.

martes, 2 de febrero de 2016

Carta abierta al intendente por tasa complementaria de seguridad

“Señor intendente
Dr. Miguel Ángel Lunghi:
Me dirijo a usted con el fin de solicitarle que se me exima de abonar lo que se ha dado en llamar “TASA COMPLEMENTARIA PROTECCIÓN CIUDADANA…APOYO A LA POLICÍA”.
Las razones son obvias y contundentes. En primer lugar, considero que el accionar policial al que los vecinos de Tandil se pretende que “apoyemos” no resulta el adecuado según mis perspectivas – y compartidas con muchos ciudadanos- de lo que debe ser una “seguridad”.Yo vivo en un barrio muy alejado del centro donde los conflictos en relación a las drogas, prostitución, violencia de género, etc. se han agravado y rara vez se presenta la policía para abordar tales situaciones de manera preventiva y con justicia.
Pero no es este el fin, sino que creo –y sostengo- que los conflictos sociales de dicha índole deben ser tratados con políticas sociales, educativas y culturales más que imponer una fuerza estatal cuya presencia genera hostilidad por su provocación y criminalización en barrios humildes.
Por otra parte, el accionar policial deja mucho que desear no solo por la prepotencia con que se manejan los agentes sino –y eso lo demuestra- la falta de formación, capacitación y actitudes que tienen que ver con el respeto, las conductas humanas y la ética que escasean por estos tiempos. En este sentido, la evaluación que hago de la “seguridad” -como ve y sabe- tiene que ver con lo que observo detenidamente en la calle: en el centro la policía detiene a chicos –por lo general, adolescentes- de piel oscura, con visera y camiseta de equipo de fútbol- y ya lo tildan de “sospechoso” y le hacen pasar un mal momento frente al resto de la gente que no comprende qué es lo que sucede. La policía coacciona a los pibes humildes porque éstos no saben cómo responder a semejante atropello y genera un estigmatización inaceptable.
Yo soy docente. Creo cumplir un rol fundamental en el desarrollo de una sociedad que pretende construir identidades, las libertades individuales y colectivas, insertarse en el ámbito laboral para un futuro con proyección, afianzar el conocimiento y los valores humanos desde a educación formal. Como usted sabe, señor intendente, los docentes año a año luchamos para que el Estado se comprometa no solo con un mejor salario para sus empleados sino también las condiciones edilicias, materiales, de seguridad, de formación. Para ello, se asigna un presupuesto anual de manera que se discute con los gremios hasta llegar a un acuerdo.  ¿A usted le parece que los docentes debamos cobrar un impuesto a todos los ciudadanos por el gasto de la nafta para trasladarnos hasta la escuela, la tinta de la birome, las fotocopias y libros que le damos a los alumnos/as para que estudien? Sería un disparate, algo ilógico e incoherente. Bueno, eso es lo que significa este gravamen que no tiene ningún sentido porque fue USTED MISMO EL QUE APROBÓ EL PRESUPUESTO ASIGNADO PARA MANTENER LA POLICÍA QUE USTED MISMO SOLICITÓ AL GOBIERNO PROVINCIAL ANTERIOR, SIN CONSENSO CON NINGUNO DE LOS CIUDADANOS DE TANDIL.
¿Por qué entonces debo abonar un tributo de algo que nunca requerí, cuyos mecanismos dejan mucho que desear y su presencia no ha alterado la verdadera seguridad de mi familia y de los barrios periféricos? Y no es el valor económico por lo que me niego, sino al valor ético y moral: yo no estoy dispuesto a abonar un impuesto para ver cómo la policía detiene a los pibes (muchos de ellos estudiantes a los que intento inculcar ciertos valores con mi rol pedagógico) en las plazas y puertas de escuelas por portación de cara e ignora a los verdaderos delincuentes, narcos y proxenetas que azotan su “Lugar Soñado”. Me extraña que usted desconozca tal accionar.
Tandil es una ciudad turística que justamente, para cuidar al que “viene de afuera” se la militariza para que “vuelva porque se está seguro”, mientras que los ciudadanos de a pie que vivimos el día a día sufrimos –por fuera de las cuatro avenidas- la falta de cloacas, un buen servicio de luz y agua potable, gas, asfaltado de calles y limpieza de terrenos convertidos en basurales. Con estos servicios básicos, doctor Lunghi, le aseguro que no hace falta ningún policía más ni una carta como ésta solicitándole que se anule una tasa injusta con la que usted solo pretende recaudar en medio del ajustazo que el gobierno nacional -que usted apoyó y con el que formó lista- le está generando a los/las trabajadores del país. Pero claro, es preferible que se haga visible un agente policial en los puntos neurálgicos de la ciudad en vez de profesionales de la educación y la salud con proyectos y trabajando en los barrios.
Insisto: si usted y su gabinete, junto con los dirigentes provinciales quieren a la policía en la calle, utilicen el presupuesto asignado para tal política pero no involucre a los ciudadanos ni nos obligue a hacernos cargo económicamente de lo que no requerimos.
En fin. Creo haber sido conciso y coherente en la solicitud, pero sobre todo respetuoso y con intenciones de pensar en otro tipo de sociedad, ajustada a los verdaderos intereses de los ciudadanos que pretenden un Tandil realmente para todos/as y no para unos pocos como viene siendo.
Víctor Torres

viernes, 22 de enero de 2016

Huarmi y el mar

Hace tres años, Huarmi conocía por primera vez el mar. 
Sintió cómo las olas más débiles 
le acariciaban sus pies felices, 
de huellas diminutas y firmes. 
La espuma se enredaba en su piel
y la besaba con ternura no queriendo retornar
a su monótono ciclo de ida y vuelta constante. 
Arena que amoldaba su cuerpito blanco
protegido del sol.

Un encuentro único cada vez
que el mar se le presenta amplio,
y Huarmi adorada por el tributo de las aguas.

Huarmi sintiendo por vez primera
que el mar nacía recién
donde ella miraba y pisaba.
Y terminaba, en su imaginación,
vaya a saber uno en qué horizonte.

domingo, 17 de enero de 2016

Cuando llegue a viejo

Me pregunto si cuando sea viejo
-si es que llego-
voy a tardar tanto para sacar plata
del cajero
o si madrugaré para hacer
los trámites y mandados.
Me pregunto si voy a ser ese viejo
que manosea la fruta antes de comprarla
o si me detendré en la vereda simulando barrer
para chusmear y pensar en un secuestro.

¿Me tiñeré el pelo,
me preocuparán las arrugas,
tendré joroba,
me aprovecharé de mi senectud
para colarme en las largas filas del infierno?

Cuando llegue a viejo quiero el primer asiento del bondi,
entrar gratis al cine,
acomodarme el bulto en la calle,
interesarme por las necrológicas de los diarios,
subirme el lompa hasta el ombligo,
usar chinelas con media tres cuarto,
jugar a las bochas y sentarme en un banco de la plaza
a desear culos y tetas para mi cama.

Necesitaré de un viejo amigo
para pelearme con él todos los días,
de un bastón para espantar la muerte
y de una enfermera que me limpie la sonda
y los vestigios de mis años perdidos.