martes, 2 de febrero de 2016

Carta abierta al intendente por tasa complementaria de seguridad

“Señor intendente
Dr. Miguel Ángel Lunghi:
Me dirijo a usted con el fin de solicitarle que se me exima de abonar lo que se ha dado en llamar “TASA COMPLEMENTARIA PROTECCIÓN CIUDADANA…APOYO A LA POLICÍA”.
Las razones son obvias y contundentes. En primer lugar, considero que el accionar policial al que los vecinos de Tandil se pretende que “apoyemos” no resulta el adecuado según mis perspectivas – y compartidas con muchos ciudadanos- de lo que debe ser una “seguridad”.Yo vivo en un barrio muy alejado del centro donde los conflictos en relación a las drogas, prostitución, violencia de género, etc. se han agravado y rara vez se presenta la policía para abordar tales situaciones de manera preventiva y con justicia.
Pero no es este el fin, sino que creo –y sostengo- que los conflictos sociales de dicha índole deben ser tratados con políticas sociales, educativas y culturales más que imponer una fuerza estatal cuya presencia genera hostilidad por su provocación y criminalización en barrios humildes.
Por otra parte, el accionar policial deja mucho que desear no solo por la prepotencia con que se manejan los agentes sino –y eso lo demuestra- la falta de formación, capacitación y actitudes que tienen que ver con el respeto, las conductas humanas y la ética que escasean por estos tiempos. En este sentido, la evaluación que hago de la “seguridad” -como ve y sabe- tiene que ver con lo que observo detenidamente en la calle: en el centro la policía detiene a chicos –por lo general, adolescentes- de piel oscura, con visera y camiseta de equipo de fútbol- y ya lo tildan de “sospechoso” y le hacen pasar un mal momento frente al resto de la gente que no comprende qué es lo que sucede. La policía coacciona a los pibes humildes porque éstos no saben cómo responder a semejante atropello y genera un estigmatización inaceptable.
Yo soy docente. Creo cumplir un rol fundamental en el desarrollo de una sociedad que pretende construir identidades, las libertades individuales y colectivas, insertarse en el ámbito laboral para un futuro con proyección, afianzar el conocimiento y los valores humanos desde a educación formal. Como usted sabe, señor intendente, los docentes año a año luchamos para que el Estado se comprometa no solo con un mejor salario para sus empleados sino también las condiciones edilicias, materiales, de seguridad, de formación. Para ello, se asigna un presupuesto anual de manera que se discute con los gremios hasta llegar a un acuerdo.  ¿A usted le parece que los docentes debamos cobrar un impuesto a todos los ciudadanos por el gasto de la nafta para trasladarnos hasta la escuela, la tinta de la birome, las fotocopias y libros que le damos a los alumnos/as para que estudien? Sería un disparate, algo ilógico e incoherente. Bueno, eso es lo que significa este gravamen que no tiene ningún sentido porque fue USTED MISMO EL QUE APROBÓ EL PRESUPUESTO ASIGNADO PARA MANTENER LA POLICÍA QUE USTED MISMO SOLICITÓ AL GOBIERNO PROVINCIAL ANTERIOR, SIN CONSENSO CON NINGUNO DE LOS CIUDADANOS DE TANDIL.
¿Por qué entonces debo abonar un tributo de algo que nunca requerí, cuyos mecanismos dejan mucho que desear y su presencia no ha alterado la verdadera seguridad de mi familia y de los barrios periféricos? Y no es el valor económico por lo que me niego, sino al valor ético y moral: yo no estoy dispuesto a abonar un impuesto para ver cómo la policía detiene a los pibes (muchos de ellos estudiantes a los que intento inculcar ciertos valores con mi rol pedagógico) en las plazas y puertas de escuelas por portación de cara e ignora a los verdaderos delincuentes, narcos y proxenetas que azotan su “Lugar Soñado”. Me extraña que usted desconozca tal accionar.
Tandil es una ciudad turística que justamente, para cuidar al que “viene de afuera” se la militariza para que “vuelva porque se está seguro”, mientras que los ciudadanos de a pie que vivimos el día a día sufrimos –por fuera de las cuatro avenidas- la falta de cloacas, un buen servicio de luz y agua potable, gas, asfaltado de calles y limpieza de terrenos convertidos en basurales. Con estos servicios básicos, doctor Lunghi, le aseguro que no hace falta ningún policía más ni una carta como ésta solicitándole que se anule una tasa injusta con la que usted solo pretende recaudar en medio del ajustazo que el gobierno nacional -que usted apoyó y con el que formó lista- le está generando a los/las trabajadores del país. Pero claro, es preferible que se haga visible un agente policial en los puntos neurálgicos de la ciudad en vez de profesionales de la educación y la salud con proyectos y trabajando en los barrios.
Insisto: si usted y su gabinete, junto con los dirigentes provinciales quieren a la policía en la calle, utilicen el presupuesto asignado para tal política pero no involucre a los ciudadanos ni nos obligue a hacernos cargo económicamente de lo que no requerimos.
En fin. Creo haber sido conciso y coherente en la solicitud, pero sobre todo respetuoso y con intenciones de pensar en otro tipo de sociedad, ajustada a los verdaderos intereses de los ciudadanos que pretenden un Tandil realmente para todos/as y no para unos pocos como viene siendo.
Víctor Torres

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