miércoles, 31 de diciembre de 2014

Antología poética del Che Guevara

Además de armas y medicamentos para el asma, Ernesto Guevara lleva en su mochila libros y un par de cuadernos. Se encuentra en Bolivia con el ejército guerrillero que él mismo organizó para desarrollar la revolución. Pero en octubre de 1967, el Che es capturado y asesinado por la CÍA.
Entre sus pertenencias se destacan fotos que Guevara fue sacando en los campamentos en los cuales se  asentó estando en la selva boliviana  y, principalmente, el diario que narra las jornadas de lucha y un cuaderno de tapa verde en el que aparecen varios poemas de distintos autores. Como bien confirma paco Ignacio Taibo en el prólogo de "El cuaderno rojo del Che", Guevara había hecho una antología poética.
Hay curiosidades que rodean al texto. Una de ellas es que quién recopila no aclara el nombre del autor de cada poema cosa que resulta bastante extraña y es un dilema sin resolución posible hasta ahora. A lo mejor, Guevara se propuso un juego de memorizar los versos sin que el nombre del autor influya en el descubrimiento.
Paco Ignacio Taibo analiza al Che como un hombre impresionado por la poesía, fascinado por autores de habla hispana (aunque había leído "Las flores del mal" de Baudelaire en francés) y con un deseo que no pudo llevar a cabo: ser poeta. "El cuaderno verde" confirma esa fascinación y parece tratarse de un material que el Comandante fue transcribiendo con cierto tiempo, sobre todo en la estadía en Bolivia y en momentos de guardia y/o relajación, algo que también desarrolló en la Sierra Maestra.
Guevara se transforma así en un compilador. Recoge poemas que lo maravillan como "Poema 20" de Pablo Neruda, "Un largo lagarto verde" de Nicolás Guillén  o "Los heraldos negros" de César Vallejo. En este sentido, no deja de impresionar la transcripción del extenso poema llamado "La gran aventura" del poeta español León Felipe donde Guevara reescribe con su puño y letra los versos que hacen referencia a Don Quijote y Sancho por la España del Siglo de Oro.  Le tuve que haber gustado mucho para realizar semejante escritura. La novela de Cervantes será también motivo de inspiración literaria para varias cartas que el Che escribiría, por ejemplo, en la despedida a sus padres.




El último poema que aparece en el cuaderno se llama "El cántaro" y es también de León Felipe. El primer verso parece ser un signo de lo que vendría para el Che:
" No había otra salida que la muerte...
la destrucción... el sueño... el Gran Sueño..."

La muerte encontraría a Guevara poco tiempo después de transcribir aquel poema y su figura pasaría a la historia de manera definitiva, mitificado, más allá de que su acción, su coherencia y su ejemplo sean lo más importante de destacar en él, en un revolucionario.
La presencia del guerrillero trasciende la lucha política y se instala también en el arte, en la literatura. No es casual que su carga material en pleno combate esté repleta de libros y escritos: prefirió llevar una pequeña biblioteca antes que un botiquín, prefirió transportar versos que municiones de guerra.
La antología creada por Guevara es esencial para comprender la poesía hispanoamericana, por la importancia de sus autores y la calidad de los poemas que el Che elige para transcribir. Un material imprescindible para las escuelas y para los lectores revolucionarios.