jueves, 29 de diciembre de 2011

La metátesis como problema

Durante mi infancia, el problema de dicción me tuvo a maltraer. Algunas palabras, por su sonoridad, me eran de difícil expresión, es decir, me costaba pronunciarlas correctamente. La gramática entiende a esto, mi diagnóstico, como "metátesis": invertir el orden de alguna sílaba. Entonces, a veces me ocurría que en vez de decir "cuerpo" decía "puerco", y lo mismo con "pastillas" y "zapatillas", "carro" o "roca", "lápiz" por "pilas", "medio" con "miedo", entre otras. Claro que el otorrino culpaba a la edad. Esa distorción del lenguaje es propia de los infantes, por más que parezca una "socarrona exageración". Problemas tuve cuando, en la escuela, debía contarle a la maestra que en mi barrio había muchos "pájaros"...

lunes, 19 de diciembre de 2011

Leyenda de la llorona

Francisca era una mujer muy celestial en su niñez, mientras era feliz. Su estado de ánimo cambió años más tarde , luego de entablar nupcias con un militar retirado de la zona. La pareja se unió ante su Dios. Ella dieciocho. Él cincuenta. Nunca nadie de su entorno supo si él se había enamorado o o a ella le interesaba solamente el bienestar. De cualquier modo, no se los notaba felices. Ellos nunca manifestaban indicio alguno de discrepancias o peleas, sin embargo, en el pueblo las malas lenguas sobraban. La noche que Francisca comenzó su llanto debió haber observado - o al menos sospechado- el engaño de su marido. Era cierto que la cosa no funcionaba pero aquella noche comenzó el drama. Por razones que cualquier lector podría imaginar, el embarazo de Francisca complicó aquella situación en que el buen destino parecía ser esquivo. Su cuerpito se notaba solo cuando lo repetía la sombra. Un vestido florido adornaba una pancita que le daría vida a su vida, desdeñada e ignorado por quien le había prometido el cielo y no le producía más que tormentos. Un sentimiento contradictorio se apoderaba de la muchacha hasta que el marido dio cuenta de la gestación y de inmediato secuestró a la joven hasta practicarle un aborto con una hechicera de las montañas del Taco Ralo. No solo Dios, tampoco la justicia ni los vecinos ampararon a aquella noble muchacha que no pudo decidir sobre ninguno de sus principios humanos. En el pueblo, nunca más se supo del paradero del militar. Desde aquel entonces, la niña celestial aventajó al viento en años, se avejentó de manera tal que parecía un ser de otra naturaleza. Su vida era ahora una pesadilla, soñaba con su pequeño en los limbos adonde solía viajar. De vez en cuanto se la suele oír llorando de tristeza cerca de habitaciones donde, a lo mejor, obtiene noticias en la cuna de la que nunca debió escapar.

martes, 6 de diciembre de 2011

¿ Martín Fierro nos representa?

"Martín Fierro son nuestros piqueteros de estos tiempos". Osvaldo Bayer.

Un día como el de hoy (ignoro si tan soleado, en ese caso, pobres los peones de estancia) pero de 1872 aparecía los folletines de una obra clásica de la literatura argentina y de habla hispana: EL GAUCHO MARTÍN FIERRO. Surgen frecuentes interrogantes sobre un poema que no deja de ser analizado y criticado. Uno de los aspectos más interesantes nos llevan a entender que el lenguaje logrado por Hernández (inspirado en convivencia con el paisanaje de su estancia) ha hecho que la obra tome un significado ambivalente pensando en la intención con la que fue escrita. A los políticos de su tiempo (Sarmiento, Mitre, Avellaneda) ni los movió las críticas que José hernández pretendió realizar cuando observó las condiciones en las que vivía - o sobrevivía- el gaucho. Más allá de esto, hace poco apareció un libro cuyo autor asegura que el personaje de Hernández vivió por la zona de Ayacucho y la región sudeste de la provincia de Buenos Aires. Abel Gari (investigador, poeta y músico) comprobó la existencia de un hombre con igual nombre y similar vida a la del personaje durante el siglo XIX (Revista "Nuestro Folklore"Año IX-Nº33. Marzo 2011). Muchos autores y críticos literarios señalan que hay un antes y un después de Martín Fierro. No solo por el poema en sí, sino por los valores (o antivalores), por la construcción de personajes, la descripción de paisajes, los indígenas de la pampa, el sistema, la injusticia, la miseria. Todos estos elementos han sido criterios para preguntarse si el poema de Hernández nos conduce hacia una idea mas próxima de "el ser nacional".
En cuanto a las dos partes con que se constituye el poema, cabe destacar que la visión de Hernández cambia considerablemente entre uno y otro. El indio no es el mismo en la ida que en la Vuelta (primero es acogedor y luego violentos y vagos), el gaucho asume otra actitud ante la vida, construye una idea de amistad (con Cruz e incluso con sus hijos), reflexiona sobre sus acciones en la segunda parte mientras que en la primera se lo observa mucho más hostil ante aquello que lo cuestiona.  Piglia dijo una vez que la segunda parte es más "peronista", por la idea de la "tercera posición", un gaucho más piadoso y menos rebelde que parece ajustarse a su destino infranqueable.
Para leer la obra es sugerible, además, adentrarse en las obras de Esteban Echeverría, el "Facundo" y "Juan Moreira". E incluso, la intertextualidad ofrecida por Jorge Luis Borges en los relatos "Biografía de Tadeo Isidoro Cruz" y "El fin". Resulta importantísima la lectura en las escuelas pero hay que hacer foco en muchas cuestiones que rodean a la obra: contexto, sociedad, lenguaje y subjetividad, acompañado por tópicos que conducen a una interpretación constructiva de un poema que, para muchos y en muchas cosas, nos representa.