Características del héroe
Para observar cómo o con qué idea se toma la heroicidad de un personaje en la literatura latinoamericana, es necesario brindar una definición para aproximarnos a un término con el cual dirigir el informe.
El héroe aparece como un ser que difiere de otros por su capacidad orgánica, ética y de compromiso para con los demás, que logra a partir de su condición de valiente y sacrificio. El héroe es combativo, transgresor. Rompe con las reglas y la plebe lo sigue, lo idolatra. Esta definición de Galeano, nos permitirá acceder al mundo de los personajes que pr alguna razón de las expresadas puede determinarse como un héroe.
Para trabajar con estos preceptos se tendrán en cuenta los siguientes textos narrativos que servirán de corpus de lectura:
“El señor presidente”. Miguel Ángel Asturias
“Cien años de soledad”. Gabriel García Márquez.
“La guerra del fin del mundo”. Mario Vargas Llosa
“Reunión”. Julio Cortázar.
1. De cómo el héroe es aclamado después de muerto
“El señor presidente” apareció en 1932, y si bien el Realismo Mágico no se había gestado como movimiento literario, su técnica vanguardista (surrealista) influyó en la formación de una narrativa que mostraba lo sobrenatural o irreal como si fuera algo cotidiano.
En la novela de Asturias, el héroe puede remitirse al general Eusebio Canales, ya que alrededor se su protagonismo se realiza la historia. Canales es detenido y sometido a maltratos por ser opositor a la dicatadura de su país, además de ser acusado de un crimen que no cometió. A parti de allí su odio y desesperación se incrementa ya que tiene una hija que cuidar.
Lo curioso es que los pobladores del lugar aguardaron sus buenas cualidades. Es así que lo describen:
“ Chamarrita (así lo llamaban) les ofrecía devolverles la tierra que con el pretexto de abolir las comunidades les arrebataron a la pura garnacha; repartir equtativamente las tomas de agua; suprimir el poste; implantar la tortilla obligatoria por dos años; crear cooperativas agrícolas para la importación de maquinarias, buenas semillas, animales de raza, abonos técnicos; facilitación y abaratamiento del transporte; exportación y venta de los productos; limitar la prensa a manos de personas electas por el pueblo y responsables directamente ante el mismo pueblo; abolir la escuela privada, crear impuestos proporcionales; abaratar las medicinas; fundir a los médicos y abogados y dar libertad de cultos, entendida en el sentido de que los indios, sin ser perseguidos, pudiesen adorar a sus divinidades y rehacer sus templos”1.
Canales es un héroe por su voluntad, su lucha por los demás. Y muere envenenado porque no es afin a los intereses de ciertas autoridades; a estos no les agrada personas con esos valores. Sin embargo, recién hacia el final y con su muerte se hacen estas confesiones donde su voluntad por transformar la vida de los habitantes es reconocida.
Asturias, además de haber sido un intelectual y un artista, fue militante de la causa indígena de los pueblos centroamericanos. Enseñó Nahuált en las univerdidades de París y promovió la cultura de los pueblos de nuestro continente. Esta cita no es casual no solo para la novela sino para sus propias convicciones. Canales no es un ser sobrenatural y Asturias lo convierte en un hombre distinto que intentaba cambiar la vida de los pueblerinos.
2. ¿Héroe o antihéroe ?
El coronel Aureliano Buendía... vestía un uniforme de dril ordinario, sin insgnias de ninguna clase, y unas botas altas con espuelas embadurnadas de barro y sangre seca. Llevaba al cinto una escuadra con la funda desabrochada, y la mano siempre apoyada en la culata revelaba la misma tensión vigilante y resuelta de la mirada (…)2
...decidió revisar los títulos de propiedad de la tierra, hasta cien años atrás, y descubrió las tropelías legalizadas de su hermano José Arcadio. Anuló los registros de una plumada...3
Extraviado en la soledad de su inmenso poder, empezó a perder el rumbo. Le molestaba la gente que lo aclamaba en los pueblos vencidos, y que le parecía la misma que aclamaba al enemigo. Por todas partes encontraba adolescentes que miraban con sus propios ojos, que hablaban con su propia voz, que lo saludaban con la misma desconfianza con que él los saludaba a ellos, y que decían ser sus hijos. Se sintió disperso, repetido, más solitario que nunca4.
Éstas citas corresponden a “Cien años de soledad”. Los protagonistas de una de las novelas más importantes de la narrativa de lengua hispana, ejercen una doble conducta en relación a sus semejantes.
El caso más emblemático es el del coronel Aureliano Buendía, hijo de José Arcadio, jefe de un comando revolucionario (con características similares al movimiento 26 de junio de Fidel castro en Cuba). Aureliano regresa a Macondo con el fin de deponer y fusilar a los dictadores militares que habían sitiado el pueblo. Sus politicas de carácter progresista se mezclan con el autoritarismo: por un lado pretende liberar las tierras y por otro fusila a quien se oponga sus ideas.
Héroe o antiéroe suelen ser las caras de una misma moneda si se producen situaciones de autoritarismo enarbolando banderas de liberación.
Por otro lado, el hijo del coronel, José Arcadio Segundo pasa de ser capataz a un anarquista.
“ José Arcadio Segundo y otros dirigentes sindicales que habían permanecido hasta entonces en la clandestinidad aparecieron intempestivamente un fin de semana y promovieron manifestaciones en los pueblos de la zona bananera (...)
La inconformidad de los trabajadores se fundaba esta vez en la insalubridad de las viviendas, el engaño de los servicios médicos y la iniquidad de las condiciones de trabajo”5.
Si bien en este informe se pretende caracterizar al héroe por sus virtudes, éstas citas ayudan a interpretar situaciones en las que se reflejan conductas valoradas a partir del rol social del personaje. Sin embargo, un eje troncal bien pudo haber sido cuestiones políticas en las que se establecen parámetros de luchas por la tierra, condiciones de trabajo y organización. En el corpus elegido se dan estos factores, tanto en la ficción como en la historia real de nuestro continente.
3. El pueblo organizado: lucha y resistencia
Tal vez, una de las obras que menos suele tenerse en cuenta en la obra de Vargas Llosa sea “La guerra del fin del mundo”.
El texto es una narración de carácter histórica con hechos reales que sucedieron en Brasil a fines del siglo XIX. A través de una sublevación de un grupo de marginados (sujeto clasista que suele ser la vanguardia del cambio). Los republicanos llegan al poder y mantendrán un importante enfrentamiento con la iglesia.
Si bien la intención es encuadrar el trabajo en la función del héroe singular, en esta obra es importante el papel del pueblo. Los Canudos, campesinos e indígenas que se rebelan a los militares y la monarquía luchan y transforman su modo de vida.
Asimismo, los militares alagan a su general por combatira los Canudos, administrándole características de héroe:
“(...) - Si el coronel Moreira César viene a debelar la insurrección de Canudos, quisiera ir con él, como enviado del Jornal de noticias.
Epaminondas Goncálves se ha vuelto a mirarlo y lo examina, mientras se pone el sombrero.
Supongo que es posible-dice. Ya ve, es usted de los nuestros, aunque no le interese la política. Para admirar al Coronel Moreira César hay que ser un republicano a cartas cabal.
-No sé si es admiración- precisa el periodista, abanicándose con los papeles. Ver a un héroe de carne y hueso, estar cerca de alguien tan famoso resulta muy tentador. Como ver y tocar a un personaje de novela”6.
En plena batalla, Antonio, uno de los líderes de la revuelta observa que el soldado Pedrín está herido: “No estaba muerto, pero además de la herida en la espalda se había quemado las manos. Lo cargó al cuarto de al lado y lo depositó sobre unas mantas. Tenía la cara mojada. Era un huérfano, que él y Antonia habían recogido a poco de intalarse en Canudos. Oyendo que se reanudaba el tiroteo, lo abrigó y se separó de él, diciéndole: Ya vuelvo a curarte Pedrín”.
Basta con seguir la lectura y comprender el rol de Antonio para con sus compañeros de lucha. Enfrentando a los militares y pensando en cuidar a sus camaradas fue haciéndose de las virtudes de un hombre colosal y, al mismo, tiempo, un valiente que como dijera el Consejero (otro de los personajes): “los has ayudado a hecer méritos para ganar el cielo”7.
Ya hacia el final, el Coronel Macedo interroga a una viejita para saber si ha visto al “bandido” Joao Abade, y ésta le responde: “lo vieron subri al cielo unos arcángeles. Yo los vi”. Ésta frase sintetiza el grado de significancia de un combatiente de los oprimidos, los Canudos.
4. Una vida de fantasía, un héroe real
No podríamos hablar de héroe sin mencionar a Ernesto “Che” Guevara. Más allá de la condición política, el Che es un hombre de ficción y un personaje real. Su vida fue el motivo de una época, las circunstacncia de un período en la historia que muchos escritores supieron describir.
Julio Cortázar escribió en 1966 el cuento “Reunión” en su obra “Todos los fuegos el fugo”. Allí, un grupo de soldados se dipone a atravesar la frondoza selva sobre el atlántico cubano para dar con el pueblo y su triunfo. Por supuesto, el relato conlleva atisbos de realidad de acuerdo a la experiencia guerrillera campesina que organizó Fidel Castro.
El autor fue un escritor comprometido con la causa de liberación de los pueblos y es conocida su invocación al Che, como hombre y personaje.
Por momentos, Reunión parece ser un diario, por otro una epopeya. Al menos es un cuento de ficción que se enmarca en los hechos reales previos a la revolución Cubana de 1959. Narrado en primera persona (probablemente el Che) se cuenta las aventuras que afrontan los soldados para encontrar al otro grupo perdido en la selva. No se habla del Che, sino es el mismo Comandannte el que narra los hechos, de modo que serán diferentes las estructuras de las citas.
“Es la tercera noche, pero al amanecer de ese día nos franqueamos la carretera a pesar de los jeeps y la metralla. Ahora hay que esperar a otro amanecer porque nos han matado al baqueano yseguimos perdidos, habrá que dar con algún paisano que nos lleve adonde se pueda comprar algo de comer, y cuando digo comprar me da risa y me ahogo de nuevo, pero en eso como en lo demás a nadie se le ocurriría desobedecer a luis, y la comida hay que pagarla y explicarle antes a la gente quiénes somos y en qué andamos”8.
En esta cita está claro como Cortázar logra habla del Che por el Che. La sierra, el asma, la espera de Fidel (que en el cuento lo llama Luis).
“Tendríamos que ser como Luis, no ya seguirlo, sino ser como él, dejar atrás inapelablemente, entre el odio y la venganza, mirar al enemigo como lo mira Luis, con una implacable magnanimidad que tantas veces ha suscitado en mi memoria... una imagen de pantocrátor, un juez que empieza por ser el acusado y ser testigo y que no juzga, que simplemente separa las tierras de las aguas para que al fin, alguna vez, nazca una patria de hombres en un amanecer tembloroso, a orillas de un tiempo más limpio”9.
“Pobre amigo, me daba lástima imaginarlo defendiendo como un idiota precisamente los falsos valores que iban a acabar con él o en el mejor de los casos con sus hijos; defendiendo el derecho feudal de la propiedad y a la riqueza ilimitada, él que no tenía más que su consultorio y una casa bien puesta, defendiendo los principios de la iglesia cuando el catolicismo burgués de su mujer no había servido más que para obligarlo a buscar consuelo en las amantes, defendiendo una supuesta libertad individual cuando la policía cerraba las universidades y censuraba las publicaciones”10.
Como hemos logrado observar en las demás obras literarias, la condición de héroe puede reflejarse en sujetos que actúan en relación a su coherencia, que se desvive por sus convicciones (por no decir ideologías) y se convirten en la cara visible del pueblo. Con un gesto de esperanza, unas palabras de aliento, un pedazo de pan o tan solo un abrazo, el héroe ocupa un lugar sagrado en la piel o en la memoria de los que han vivido o viven ignorados por el sistema.
No es casual que los personajes que se han descripto sean reconocidos por las virtudes sujetas a sus conductas y sean frecuentes en las historias de la literatura de nuestro continente. ¿Qué importa si son ficticios o de carne y hueso?.
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