lunes, 25 de marzo de 2013

Por otro encuentro fortuito

Por la misma vereda, por otro camino. Ella venía de un lado, él del otro. Ella tenía ya el pelo blanco de memoria y un andar lento como quien busca algo que se parezca a la justicia. El la inocencia de esos años en ninguna parte.
Cuando pasó frente a él pensó en él. El la miró con ternura. Ambos continuaron su marcha que el tiempo y la historia les impusieron.
Al menos por esa vez, abuela y nieto, nunca supieron que ellos eran ellos.
Se encontraron por obligación del destino, no se reconocieron culpa de la maldad de los malditos.

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