lunes, 23 de agosto de 2010

Escuchador de radio

Uno prende la radio y enciende la fantasía. Aunque a veces las noticias son repetitivas o tergiversadas es indudable que la radio posee una función clave para cualquier ciudadano, para quien desea enterarse de lo que pasa o, por lo menos, no sentirse tan solo.
No falta el que se despierta con el reiterado “pi” de las siete, ni el que pone música o el que oye el estado del tiempo y la necrológica. No hay spica que no haya sido abrazada ni walkman golpeado cada vez que se traba el tuning.
La tecnología tiene el don de evolucionar pero no puede inventar el instante mágico en que uno se presta a oír el partido, la quiniela o entretenerse mientras desayuna o simplemente, vive.
Es imposible ignorar a los raperos que cargan en sus hombros la protesta y el minicomponente o los que acortan el tiempo de viaje con el mp3.
Lo cierto es que el oyente de radio crea su espacio de audición y tiene la virtud de imaginar lo que escucha. Oír historias, noticias y opiniones pone al receptor en un acto creativo tal que en su mente dibuja lo que otros relatan.

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