jueves, 26 de agosto de 2010

Una bictoria es victoria al fin

El poder de la palabra

El reclamo de los compañeros me parecía justo. De ninguna manera esos oligarcas y burgueses podrían quedarse con lo que nos correspondía.
Sin embargo, en esa marcha jamás creí que las palabras se escribieran según el uso, es decir, el contexto del empleo en su morfología, lo cual me pareció también transgredir la lengua que predomina.
Uno de los mensajes decía: “El pueblo no va a aflojar. Nuestra bictoria es para siempre”.
Por un momento me escandalicé. Mi función de letrado no podía permitirse semejante agravio, aún esbozando una frase justa y digna de reconocer.
Con cierto despecho, pero con la mejor modestia, me acerqué hasta la señora que sostenía el cartel y le dije al oído que en verdad la palabra victoria se escribe con Ve corta. A lo que ella, orgullosa y complaciente, respondió: “Lo que ocurres es que nuestra bictoria tiene que ser larga, muy larga…”.

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