miércoles, 11 de agosto de 2010

Lector hermético

Leer es recorrer entre los pasillos de la imaginación, historias que tienen algo para decirnos. Leer
nos transporta, nos transforma; a otros mundos, en creadores y entusiastas de otra realidad.
Ni bien posamos nuestros ojos ante la inmensidad de las palabras somos autores, propietarios de
una idea que se genera a partir de nuestra interpretación (cargada de polisemia y del subjetivismo),
tan válida como la intención del autor.
En nuestro papel de lector se funda la importancia de
completar la interacción entre emisor y receptor, de modo
que sin esa función sería inoportuno el papel del autor. No
se trata de creer que el emisor escritor
de un textopuede
resultar inexistente o suprimir su capacidad creativa, pero
sí es preciso señalar que es el lector el que llena las
hendijas que en los relatos, interpretación o retóricas caen
en un abismo.
Umberto Eco habla de “relleno” en relación a los espacios vacíos que dejan los autores en sus obras,
espacios que conducen a los lectores a aportar sus virtudes y visiones particulares. No siempre se
logra culminar el proceso que rige la lectura, pues considero que cuanto más elaborada es la
construcción del receptor más fácil es canalizar la semiosis.
No es casual que este humilde blog intente observar cuestiones muchas veces ignoradas por los
escritores y que resultan fundamentales para analizar una obra literaria. No habría posibilidades de
desentenderse de la complejidad de los textos sin no fuera por la presencia del lector.
Por eso digo que el lector es un creador; un creador tanto o más que el propio autor.

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