sábado, 15 de enero de 2011

Manuelita un día lloró

La vida y obra de María Elena Walsh ha sido productiva en su grado sumo, no solo desde la música sino también desde la literatura, que rara vez no encuentran un extremo que las una.
Durante mucho tiempo se ha catalogada a la cantautora argentina como una artista para chic@s, sin embargo no quedan dudas que en su lucha y compromiso, ha conducido a esta dama del encanto a reflejar el destierro, la desdicha y la persecución a quienes durante los 70 creyeron en un mundo mejor: jóvenes al fin, pero con la fuerza dulta de pugnar contra lo represivo.
Su célebre canción "Manuelita" es un reflejo de los exiliado y su decisión involuntaria de partir a otras tierras desconocidas para evitar el atropello, o "La cigarra" que destaca un mensaje para los que pelearon en Malvinas.
Valga este humilde y sencillo homenaje a quien nos enseñó a crecer, nos cantó una dulce canción de cuna y nos ayudó a soñar.

viernes, 24 de diciembre de 2010

Literatura argentina: el fruto del pasado

Realizar una crítica supone marcar subjetivamente un pensamiento que es la base de toda ideología que a la vez puede coincidir o no con la de una sociedad (Rousseau creía que sino se daba esa relación, ese sujeto estaría en problemas) y que, casualmente, de eso se trata también la política.
Bajo ninguna forma puede negarse la relación política – literatura dentro de una sociedad, como confirman Asturias, Gogol, Capote, Hugo, entre otros.
La primera obra de la Literatura Argentina nace por necesidad de una época en donde el daño moral de un país en formación (progreso para los optimistas) buscaba la manera de liberarse de la opresión principalmente europea. “El Matadero” de Esteban Echeverría (1805-1851) se entromete a contarnos, a manera de denuncia, el estado político social de nuestro país en el primer cuarto del siglo XIX: “Estábamos, a más, en cuaresma, época en que escasea la carne en Bs. As., porque la iglesia, adoptando el precepto de Epicteto, Justine, abstine (sufre, abstente), ordena vigilia y abstinencia a los estómagos de los fieles” . Pero más allá de esto, es necesario explicitar que la primera obra literaria argentina es un relato que describe la lucha entre unitarios y federales, o sea, una disputa política. Y en argentina, ese tipo de dualidades es de alguna forma una constante en el boca a boca cotidiano: el argentino criticón, que cree tener “capital simbólico” para poder opinar de cualquier tema, aun sin saber.
Más adelante, claro, Martínez Estrada proyectó una “utopía de país”, como lo ha hecho Bayer, como lo hace actualmente Piglia volviendo al pasado trágico.
Influyó e influye mucho la política en la educación, casi siempre para mal, claro.
Y digo para mal porque hasta hace muy poco, los docentes eran formados por un sistema incapaz de ayudar a interpretar y reconstruir bajo otra mirada un hecho concreto de la historia. De modo tal que se hace prácticamente imposible proyectar alumnos/as o personas crítico con ideologías o subjetividades.
Rosas, Mitre y Roca enseñaron que el indio era un bárbaro, de ahí el juicio de valor hipócrita hacia el otro que es igual a mí y a vos. El mismo Sarmiento, portador de una utopía dañina que subestimó más de lo que instruyó. La dictadura setentista expulsó a los “inteligentes” porque estaba “prohibido pensar”; se quemaron libros, los jóvenes no debían educarse, tenían que ignorar su realidad. Hoy, el sistema educativo refleja a la luz los inconvenientes que provienen de esos años.
Se puede establecer un vínculo claro entre estas elucubraciones, ambigüedades tan iguales, que ostentan muchas veces con el derrotero, pero toda culpa de los que presiden el antagonismo entre desigualdad y esperanza, entre represión e inocencia, entre la corrupción y la dignidad.
La literatura trata de dar respuesta desde una obra escrita a las obsesiones de un país por crecer desfavorablemente.
En síntesis, nuestra sociedad hoy es, penosamente, el resultado de todo el acontecer pasado que nos legó la falta de responsabilidad y respeto por el prójimo, vuestro reflejo.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Represión, no desalojo

En este blog hemos insistido en llamar las cosas por su nombre. Por supuesto, los grandes medios (y aquellos que no son tan grandes) insisten en decodificar las noticias a su antojo.
No se puede llamar desalojo a la violencia, al asesinato realizado por la Policía Federal y Metropolitana. En tan sólo un mes, cinco personas fueron asesinadas por luchar por un lugar en el mundo, por un pedacito de tierra, por dignidad.
Tanto el gobierno nacional como el de Capital son culpables de las masacres cometidas en las últimas semanas y no se hacen cargo. En la Argentina existe una policía cada vez más violenta y dirigentes que criminalizan la protesta y medios de comunicación que ocultan a los verdaderos responsables de ests asesinatos.
Leer entre líneas significa poner atención en los zócalos que anuncian las "tomas", "usurpaciones" y "okupas" que roban (según Crónica TV). En los canales del monopolio puede entreverse que el principal responsable es el gobierno nacional (enmudecido, porque nadie salió a dar explicaciones), mientras que la "TV Pública" acusa al jefe porteño de los asesinatos en Villa Soldati.
"Terrenos Vacíos, gente sin casa": una antítesis que se repite y que resulta un punto flojo en las salidas a los conflictor por parte de los gobiernos. Los responsables se ausentan o, en todo caso, dan excusas. La gente no tiene donde vivir y son ignorados por el sistema que los despoja y estigmatiza en la calle, y en la televisión.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Instrucciones para leer a oportunistas

En las vidrieras de cualquier librería pueden verse expuestos numerosos libros de periodistas fracasados, faranduleros que buscan reivindicarse (pero que no hacen nada para cumplirlo), espiritistas madrugadores y cuanto “escritor” oculto ande por el arte de publicar y nada más.
Cierto es que venden, aunque sea porquería pura, pero venden. Quizá por su condición televisiva o simplemente, como reza este título, son oportunistas. Porque “mediocres” solamente los describiría. ¿Qué termino le cabe a la falta de creatividad y la posibilidad de vender?
“Pavadas decimos todos, el sabio se las calla” señala un viejo proverbio, y en ese decir indescifrable es que se abandona la buena lectura, el talento de los autores.
¿De qué ha servido los ensayos de Viñas, Eco, Sontag, Lukács y otros que han sugerido sobre el valor de producir y crear?
No denunciar esto resultaría una ofensa mayor. Uno, como lector, debe reclamar sus derechos por una buena historia, una exquisita metáfora, un lenguaje preciso o una opinión constructiva. El proceso de la escritura ha sido tirado por la borda y no hay ancla que detenga los best seller por amigos de la prensa.
No hace falta reconocer que existen malos escritores (que para publicar crean blog como éste) pero cada uno de ellos/as lo hace desde su capacidad por intentar desarrollar una obra más o menos convincente. Los oportunistas desempolvan su diario íntimo y por algunas chirolas se venden al mejor postor.
Aquí van algunas recomendaciones de autores anti- arte (puede contribuir con algún otro hombre si así lo desea):

 “El Dueño”. Luis Majul
 ¿Qué les paso?. Tenembaum
 Poemas de Belen Francese
 Biografía de Fort.
 “La tenés adentro” Toti Pasman.
 Los libros de Ari Paluch

jueves, 28 de octubre de 2010

DECÁLOGO DEL LECTOR/A

1. Un buen lector abandona una obra si ésta le resulta desafortunada o no cumple con los motivos que lo llevaron a leerla. No debe hastiarse con un libro que no le place (no lo merece).
2. Se deben compartir las lecturas: prestar el libro o bien leer entre dos o más personas. Las buenas historias o el buen decir deben colectivizarse.
3. Los autores de este decálogo autorizan la apropiación de un libro de librería o comercio, si el precio es el obstáculo para adquirirlo.
4. Una obra debe devolverse a tiempo y forma luego de leerla, ya sea a su propietario, biblioteca y/o institución, para que de inmediato otros la puedan aprovechar.
5. Los libros ajenos (o que se usan de manera social) no se rayan.
6. Obsequiar un libro es sentimiento de respeto y dignidad.
7. Debe saber el lector que el momento más ameno de la lectura se crea en base a un espacio y tiempo que brinden comodidad y satisfacción.
8. Ser el receptor de una obra significa exigirse a uno mismo en calidad del relato, lenguaje y personajes, de modo que podamos ser obsecuentes con nuestra función.
9. La voluntad, el deseo de aprender, la imaginación, la ética y la perseverancia son valores fundamentales para la formación lectora. Ser críticos nos ayuda a comprender mejor el mundo.
10. Lea y goce de ello.

sábado, 9 de octubre de 2010

Vargas Llosa, el conspirador

Me cuesta expresar la satisfacción, como lector de la literatura latinoamericana que en este blog se vislumbra, de saber que Vargas Llosa es el ganador del premio Nobel de las letras de este año.
La obtención de esa distinción muchas veces impúdica (hay registros de que, por ejemplo, un grande como Sartre lo desdeñó al obtenerlo por su ideología)recae nuevamente en un interés político.
Vargas Llosa forma parte de un comité de extrema derecha a los que se le atribuye el golpe de Estado de Honduras el año pasado, entre otras ofensas a los pueblos de América Latina. El autor de "Conversación en la Catedral" nació en el seno de una familia muy humilde y en su juventud formó parte del Partido Comunista peruano, devenido de Mariátegüi y Colombres. Pero un cambió radical hubo en su vida que se convirtió en un referente del pensamiento liberal en nuestro continente y hasta fracasó como candidato a presidente perdiendo con Fujimori.
Hoy, el autor de obras geniales como "La ciudad y los perros" y "El escribidor" (de exelente prosa relista mágica y ensayos contundentes) señala que los gobiernos de Venezuela y Cuba son dictaduras, menospreciando el concepto de lucha colectiva, socialismo y democracia revolucionaria.
Recomiendo que de Vargas Llosa nos quedemos con su prosa y evitemos escucharlo hablar...

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Como si lo hubiera vivido

Recuerdo, mientras olfateo el café instantáneo aquel tiempo en el que solía andar, empírico. La grandeza con la que solía toparse mi presencia en lugares donde el oficio me acercaba y resplandecía en grupo de canónicos llenos de relatos.
Me causaba orgullo, propio y ajeno, compartir en Constitución junto a los personajes de quien no recibió el Nobel por apoyar las causas políticas de la Argentina de los setenta. Borges, el de inquisidores fervores y ficciones laberínticas que se han colado en la literatura como fantásticos relatos.
Y no es el único que mi nostalgia improvisa. Una vez, entrevisté a Sábato sin perturbarlo. Un túnel se sumergió sobre Parque Lezama, personajes desgraciados me incentivaron a nombrarlos, y terminaron en una pintura que instauraba la simbiosis del desarraigo.
Tampoco se me puede escapar aquella siesta de veraneo en París. Me lo crucé en un embotellamiento, kilómetros de autos luciendo su marca adornaban las rutas en el sur de la ciudad. Él, a un costado, en la banquina, anotaba un par de cosas que nunca supe de qué se trataba. Con un gatillo en la “r” le hablaba a un siamés que le acariciaba la espalda. Escuchaba las melodías de Amstrong, su Dios, al que alguna vez imitó con la trompeta.
Pude calcular con exactitud cada perímetro de sus párrafos con sólo un juego, “Rayuela”, de un cielo que veo cada vez más lejos. Piglia me contó que, después de ese juego extenso, ya no hubo originalidad. Tiempo después, en Palermo Viejo, me preguntaron por Florencio.
Bien puedo describir unas cañas en Tortoni con Macedonio. Ese viejo rebuscado y quejumbroso que con distintos avatares se encaprichaba en un a novela metódica y vanguardista. Nunca me creyeron, pero en unas notas sobre lo que debe ser la estructura de una novela vanguardista dejó sentado el destino que se merecía por ser feliz. Cualquier dramaturgo lo hubiese ignorado.
Imploro, ya con los labios mojados, a Marechal. “Si Sófocles creó a Antígona, vos la construiste”. Recorrí cada rincón de su “Laberinto de amor” en “Días como flecha” que impactaron en Villa Crespo.
Y ahora imagino. ¡Cómo quisiera ser aquel gaucho matrero que renegaba de todo! (Sería un papel accesible), o uno de los Siete Locos, O el hombre fiel que evite que Alfonsina se interne en el mar. Pero preferiría refutar mano a mano con Fontanarrosa (de prosa común pero de oralidad implacable) y Soriano en vez de leer sus cuentos, o reírme con Girondo y acompañar a Walsh en la lucha y en la militancia por el pueblo.
Aún anhelo un desafío: unir en un diálogo a Fierro y Don Segundo Sombra.

Todo esto recuerdo mientras el café se enfría, un momento que me hace sentir como si realmente lo he vivido. Este es un sencillo homenaje para los que, con unos libros, me han brindado su amistad.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Diccionario Popular: expresiones del lenguaje coloquial.

- Agitar: acción y efecto de provocar.
- Escracho: tatuaje.
- Logi: persona sonza.
- Llantas: calzado deportivo.
- Pantera: pillo o lúcido.
- Pinta los guantes: expresión que se utiliza para describir una trifulca.
- Rastrero/a: oportunista.
- Rescatate guacho: expresión que sugiere sosiego.
- Te re cabió: aceptar con resquemor una derrota.
- Tocá de acá: (imperativo)Advertencia. Orden para retirarse de un lugar.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Instrucciones para leer a espiritistas

No se desespere. Cuando la pena lo avasalle y los pares le den la espalda busque en un libro las pautas para superar cualquier maniobra inmunda del destino.
Le ofrecemos “El Peregrino”, “Manual del guerrero de la luz”, “Camino para encontrar la felicidad”, “La sabiduría Zen”. Si está deprimido acceda a estas lecturas que le cambiarán la vida. La solución está en la auto ayuda y qué más que “escritores terapeutas” para crear un best seller (no siempre son atractivas obras pero sí muy vendidas).
Sueiro, Bucay, Cohelo y Osho se destacan en este rubro y son los más solicitados.
Olvídese de los domingos en misa o suscribirse para obtener “Atalaya” , recorrer la sala de espera del psicólogo o visitar a los hermanos portugueses de “Jesús es tu refugio” (ocúltate).
Si “rivotril” y “clonazepan” no hacen efecto obtenga estas obras que serán la mejor compañía y lo socorrerán de los pesares. Si es necesario extraiga la página que más desee y seque lágrimas innecesarias. Encuentre el placer de leer en la enseñanza de vivir (no nos hacemos cargo de que las “recetas” hayan sido utilizadas con anterioridad).
Con una prosa incomparable y consejos superhumanos (¡qué envidia la del Viejo Vizcacha!) estos escritores aumentarán su espíritu con historias de hadas, magos, alquimistas y ángeles de reparto.
Última sugerencia: si se lo quieren vender lo están engañando...

lunes, 13 de septiembre de 2010

Librería... a la derecha

El perfil ideológico de la librería ALFA ha quedado al descubierto, por lo menos, lo que se observa desde la vidriera. al pasar por el local, el lector puede observar títulos como "La violencia del comunismo", la colección antisubversiva de Reato y Yofre, los "revolucionarios" y los "asalariados"del campo, capitalismo para jóvenes, Zen y el espiritualismo, Rosendo Fraga y sus pronósticos de la economía, biografías de Mussolini y Cobos, curas, etc.
El título de esta nota no es irónico: usted puede hallar la librería a la derecha de la calle Pinto en el centro de Tandil. Los libros expuestos pertenecen a una inclinación demasiado gorila, burguesa, oligarca y hasta fascista.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Agendá que nos quieren ignorar

Desde hace varios años la “agenda política” la proponen los medios por sobre los partidos o dirigentes políticos. Los medios resuelven, desde la cópula de sus magnates, qué se dice y qué no, o lo que es peor, cómo se dice (lo cual atrae grandes desesperanzas).
Pero en esta oportunidad, la agenda es esbozada en conjunto. El conflicto entre el gobierno y Clarín ha desnudado el pasado oscuro de nuestro país que es necesario saldar. La justicia suele tomarse su tiempo, pero hay que esperarla. No podíamos pretender que durante el menemismo se hablara de estos temas que hoy parecen tan lejanos -algunos periodistas como Grondona lo utilizan como argumento- de que se debata sobre los cómplices de la dictadura. De hecho no hay que trasladarse a los años setenta para dar cuenta de la impudicia con que los medios hegemónicos trataban y tratan las noticias (no olvidar masacre de Avellaneda, o cuando la placa roja se repite “inseguridad”, etc.).
Claramente el gobierno ha tenido que confrontar con instituciones más que con su propia -impresentable- oposición derechista. Primero fueron los milicos asesinos, le siguió la iglesia, después el campo y ahora los poderoso medios.
Hoy se sabe más de los negocios, por lo menos irregulares, de Clarín como nunca. Gracias a que se ha puesto en tela de juicio el accionar de las empresas. Sin embargo, no hay que olvidar que es este mismo gobierno, el de Néstor y Cristina, que al principio de su mandato le otorgaban las licencias a los grupos dominantes. Este gobierno no actúa en beneficencia del pueblo, no es popular y nacional, conlleva un sistema capitalista, actúa como tal por más que su discurso muchas veces resulte progresista. Digo esto porque suele decirse que los Kirchner son de izquierda, ¡macanas!, un gobierno oportunista no es de izquierda (“el socialismo se construye” diría Menard). La ambición y el poder, la inversión y la deuda externa, los punteros de los planes sociales, las exportaciones y la minería, el no al 82% móvil (donde el gobierno quiere quitar de la escena mediática por conveniencia) hace de este gobierno un período de “lavamanos” y perseguir para no ser corridos.
Dos años atrás el principal enemigo era el campo (esto no quiere decir que lo siga siendo, sobre todo los otros cómplices de los golpes y los que más empleo en negro poseen). Como el oficialismo no tiene oposición, los que están de la vereda de enfrente son los medios más poderosos o, mejor dicho, Magneto, Ernestina de noble, Vila-De Narváez-Manzano y los periodistas independientes más conservadores. El objetivo, de ambos lados, es el de tener mayor rentabilidad y salir bien parado en los negocios. No es casualidad la reunión de los directores de clarín y los enemigos principales de los Kirchner. Es increíble cómo los necios dirigentes se esconden detrás de un empresario y salen en defensa de sus intereses como Carrió y Macri.
Gracias a que se pone en discusión los medios y el poder podemos advertir el origen de tanta injusticia. Está bueno saber cómo se apropiaron de los hijos, de papel prensa, de la relación con los militares, quiénes eran -y son- Chiche Gelblung, Grondona, Blank y Eliashev. Pero también está buena saber donde están López y Luciano Arruga entre otros y otras. Clarín ha perdido las batallas por más que gane la guerra porque se logró conocer las múltiples facetas que ha tenido todos estos años y eso, en un país como el nuestro, es una victoria de los que luchamos por el futuro, la justicia y la memoria.
Este país es libre en expresión, sobre todo si en estos días se comienza a aplicar la Ley de Medios. Lo que se espera es que el Estado no se convierta en monopolio y que la comunicación sea una alternativa de elección y bien popular, donde todos y todas podamos participar desde abajo.

sábado, 4 de septiembre de 2010

USO DESENFRENADO DE LOS DIMINUTIVOS

Ya lo propuso García Márquez en el primer congreso de la lengua española y persiguió – de manera un poco más cómica- un objetivo “determinante” el Negro Fontanarrosa con las malas palabras.
El autor de “Noticas de un secuestro” señaló la necesidad de “eliminar las haches rupestres y las tíldes”, en fin, “jubilar la ortografía”.
Al rosarino, la crítica le dejó atravesar los criterios de olvidarse de las “malas palabras”, ya que poseen un significado sínico y una entonación sustancial que resultan irremplazables.
Estos planteos son permitidos por la lengua que utlizamos pero se muestran reacios los señores de la Real Academia. Es que los españoles aún no han logrado comprender que nuestro continente hispanohablante (a exepción de Brasil y los países de norteamerica) no actúa sistemáticamente en los preceptos que suponen la regla y normas de la gramática “madre”.
Sobre todo los argentinos que no respetamos tiempos verbales, ni sinónimos, ni reglas ortográficas, ni entre nosotros mismos.
La puerta entreabierta que deja la discusión de los elementos lingüísticos debe ser irrumpida sin tocar el timbre.
Al igual que los intelectuales -periodistas y escritores- pretendo modestamente sumarme a describir algunos “desperfectos” que surgen en nuestra habla cotodiana y que son importantes para poner en discusión.

Los adiectivos: nuevo tipo de palabra
Para evitar el uso desmedido de los diminutivos he creado -humildemente- un término donde en la esencia de la misma palabra se haya la materia o sustancia (sustantivo) y un detalle sobre su sustancia (adjetivo). Es decir, que ahora para reunir dos tipos de palabras en una sola, evitando el diminutivo, denominaremos “adiectivo” modismo posea e incopore en sí misma ambos elementos. Anoten las maestras...
El término “mesita” es un adiectivo, pues supone en sí mismo la sustancia y su descripción: “una mesa chica”. Entonces, quedarían los diminutivos para los nombres propios (Anita, Miguelito, Carlita).
Como contrapartida tenemos, por ejemplo, el “chingolo” al que muchas veces se lo maldenomina “chingolito”, ya que chingolo es un ave pequeña, como reza el diccionario. Los diminutivos inferiorizan, merman, atenúan, disminuyen el poder de la palabra. Un “pueblo” es un pueblo y no un pueblito.
Los diminutivos menoscaban. Los extremistan – que se jactan de dar gramática o publicar en revistas desconocidas- dirían que son una vejación literaria o un desprecio al lenguaje. No coincido con esa premisa pero entiendo que hay que poner un límite a la hora de ponerlos en práctica. Hay que hacerse tiempo y no un tiempito, o estudiar dos horas y no dos horitas o hacer un viaje y no un viajecito.
En conclusión, llamemos a las cosas por su nombre. Aunque las autoridades de la RAE se ofendan, creo haberles hecho un favor al cederles mis derechos con el término inventado “adiectivos”, para diferenciarlos de los diminutivos. Si alguien tiene mejor idea, por favor, hágamelo saber: será un orgullo ser superado por otras realidades de la lengua que otros ignoran (mi impunidadabsolverá cualquier disparate).
Ahorita mismo me voy a dormir una siestita, no vaya a ser cosa que este delirio me quite el sueñito.

lunes, 30 de agosto de 2010

El valor de los libros

-Por los libros soy capaz de desnudarme- dijo el lector un poco exagerado.
Es que, en vez de vestirme y apenas comer con el sueldo que tengo, puedo aproximarme al valor de tener algunas ediciones usadas…

jueves, 26 de agosto de 2010

Una bictoria es victoria al fin

El poder de la palabra

El reclamo de los compañeros me parecía justo. De ninguna manera esos oligarcas y burgueses podrían quedarse con lo que nos correspondía.
Sin embargo, en esa marcha jamás creí que las palabras se escribieran según el uso, es decir, el contexto del empleo en su morfología, lo cual me pareció también transgredir la lengua que predomina.
Uno de los mensajes decía: “El pueblo no va a aflojar. Nuestra bictoria es para siempre”.
Por un momento me escandalicé. Mi función de letrado no podía permitirse semejante agravio, aún esbozando una frase justa y digna de reconocer.
Con cierto despecho, pero con la mejor modestia, me acerqué hasta la señora que sostenía el cartel y le dije al oído que en verdad la palabra victoria se escribe con Ve corta. A lo que ella, orgullosa y complaciente, respondió: “Lo que ocurres es que nuestra bictoria tiene que ser larga, muy larga…”.

lunes, 23 de agosto de 2010

Escuchador de radio

Uno prende la radio y enciende la fantasía. Aunque a veces las noticias son repetitivas o tergiversadas es indudable que la radio posee una función clave para cualquier ciudadano, para quien desea enterarse de lo que pasa o, por lo menos, no sentirse tan solo.
No falta el que se despierta con el reiterado “pi” de las siete, ni el que pone música o el que oye el estado del tiempo y la necrológica. No hay spica que no haya sido abrazada ni walkman golpeado cada vez que se traba el tuning.
La tecnología tiene el don de evolucionar pero no puede inventar el instante mágico en que uno se presta a oír el partido, la quiniela o entretenerse mientras desayuna o simplemente, vive.
Es imposible ignorar a los raperos que cargan en sus hombros la protesta y el minicomponente o los que acortan el tiempo de viaje con el mp3.
Lo cierto es que el oyente de radio crea su espacio de audición y tiene la virtud de imaginar lo que escucha. Oír historias, noticias y opiniones pone al receptor en un acto creativo tal que en su mente dibuja lo que otros relatan.