jueves, 14 de abril de 2016

La figura de Dios en la poesía del Indio Solari

"Nos merecemos bellos milagros y ocurrirán"
Amok, Amok


La relación del poeta Carlos "Indio" Solari con la figura de Dios es muy atractiva en muchas de sus composiciones. No por religión, naturalmente, sino por la construcción de lo que puede ser una imagen metafísica supeditada a lo esencial de lo que "está más allá" (ultraísmo) de nosotros.
Es la idea de este artículo referirse a algunas nociones filosóficas y estéticas sin caer en falsas y obstinadas precisiones sobre la fe. Entiendo a la cultura ricotera - o "india" si se prefiere- como un estadío profano que en cierta forma "exige" el rocanrol (más cerca del infierno que del cielo), pero con audacia espiritual y de una riqueza poética que excede cualquier análisis superfluo.
Tanto en su trabajo como solista como en la producción colectiva en Los Redondos (con Motorpscico), en Solari se puede observar a Dios como un recurso poético, capaz de por sí solo trazar un paradigma espiritual inquitante y "ceremonial" de cada misa.
Hay frases que son contundentes y articulan una especie de metáfora tendiente a reflexionar sobre lo teológico en lo terrenal. Quiero decir, Solari propone una suerte de "mitología" con su cosmovisión propia en la que, para bien o para mal, el "omnipotente" representa lo esencial del hombre. Y así como se puede hablar de ese rol celestial, también es posible hallar cierto simbolismo en lo que propone en relación al "diablo" y el "infierno", como contrapartida de aquello, como en "Nike es la cultura" donde "el diablo está en el cielo".
Pero, y vale preguntarse, ¿a qué "dios" se refiere? ¿Cómo construye esa idea superior? Porque "Si las superticiones traen mala suerte" entonces debe haber un tipo de creencia que siga un dogma mucho más creíble y fiel a nuestras convicciones.
Así, por ejemplo, uno de los versos más cantados es sin dudas "Dios no está en los detalles de hoy" (Fligth 956). Solari no ignora la presencia de una figura que está por sobre nosotros pero, al mismo tiempo, parece ser una imploración, una necesidad de que "intervenga" o influya en ciertos aspectos de la realidad donde se requiere su "poder". Sin embargo, al mismo tiempo, la idea de "detalles" expresa de alguna manera que ese Dios "no se anda con chiquitas", entonces se le escapan objetos minuciosos que para la vida de cualquier mortal resultan imprescindibles, lo que equivale a decir "y nunca hay terreno sagrado". El llamado "Paraíso Terrenal" no existe, entonces es inútil reclamarle a Dios lo que éste ignora. Como cuando en "Beemedobleve" expresa "Y por aquí el Señor no dio otra vuelta", no desciende para salvarnos y no se apiada porque lo mejor del amor "Dios siempre se lo quedó para él", y sólo nos dejó el pecado con la manzana que mordimos.
A esta idea se le pude agregar lo que manifiesta en una de las estrofas de "Una rata muerta en los geranios" cuando dice: "Necesito de algún paraíso / que obligue a mi cuerpo a jugar con vos / aunque estoy atado a tus diabluras / sabes que estoy siempre a favor del adiós". Es en ese "paraíso", lugar sagrado por excelencia, donde el poeta desea el encuentro humano. 



Pero si "No es Dios todo lo que reluce" ¿a quién pertenece esa luz que se desprende de la crucifixión a la que se aboca el condenado?. En esa canción (de El perfume...) el ciego, el ladrón, los locos: personajes subalternos que se desprenden de un relato casi bíblico. Otra vez "la estrella", que ya no "es un lujo" sino que ilumina a los pecadores (más cerca del "infierno servido" que del "cielo tendido").
Del mismo disco, en "Torito es muerto" el primer verso arranca con un interrogante que es al mismo tiempo una afirmación: "Si Dios no existe cómo es posible/ toda esta vida de más que tenés". Acá, lo existencial es un problema que no nos pertenece: si actúo, si soy, si vivo no es por mi propio mérito sino que responde a un destino superior. "Hay una hoguera para los malos" y, en tiempos pasados, era la Inquisición la que decidía es destino sobre quién merecía vivir y quién no. "Paraíso de los olvidados/ que sopla algún pecado más", dos versos que concuerdan con lo dicho en el tema anterior: los olvidados, los pobres, los excluídos son siempre lo vencidos de la historia (ver esto en el filósofo alemán Walter Benjamin) y los "´pecadores" cuando no "herejes" que persigue la iglesia.
Algo curioso, siguiendo este análisis, es lo que ocurre con la letra de "Satelital". Porque expresa cómo la TV puede transmitir -en vivo y en directo- los degüellos que se dan en medio oriente por causas políticas y religiosas. De nuevo el primer verso "Van a atentar/ Dios no permite": evidentemente aquí Dios sí lo permite, o al menos es el mensaje que las creencias musulmanas expresan: derramar la sangre del enemigo y la propia para estar más cerca del profeta. Pasa que acá, Solari tal vez intenta decir que es la propia transmisión la que condena, más allá si es Dios el que lo aprueba.
Si el Indio señala que "Dios no me quiere", significa que le preocupa no ser considerado por el Señor. ¿Cómo no ser querido si es "el bicho más feo"? Entonces, el de Solari es un Dios caritativo y él un "inocente", al menos en esta canción del disco Porco Rex. Más que caritativo, está con los marginales como en "La murga de la virgencita" donde será "el propio buen Dios" quien la proteja: es un Dios que se apiada de los pobres porque la idea de "bicho feo" no es solo por una cuestión estética sino también  de miseria. Debería, entonces, estar en esos detalles. Es como cuando dice "Si Dios no me quiere en tu eternidad": el que habla es un pobre hombre (sujeto propio del Romanticismo, leer a Goethe), sin consuelo, donde Dios es una especie de obstáculo para el amor. Por eso, "si Dios queda en nada o no existe/ te amaré muchos más", o sea, aún sin su presencia o esencia. Esto me recuerda a unos versos de Baudelaire: "Dios es el único ser que para reinar no tuvo ni siquiera necesidad de existir".
Si pasamos al disco "El tesoro...", hay allí una manifestación -testamento poético- en "La muerte y yo" que es una plegaria risueña sobre el significado de la muerte en Solari. "Y siempre Dios contra todos", porque está claro que es él el que decide cuándo nos llegará la hora (y nos acordamos de él cuando la pasamos mal, como en Pabellón "Me asfixio! Dios!" exclama el personaje o en "Me matan limón" donde Escobar es un ser divino que anda arriba del techo sangrando como Cristo delatado).
El protagonista reflexiona sobre esos instantes donde "el pasado es una sombra" en la que "un paraíso de amor que viví/ en el corazón del infierno". En "Ciudad Baigón" describe cómo es ese cielo y el infierno, y le agradece a Dios que "nadie sigue con mis consejos".

Como vemos, la existencia de una figura paradigmática como Dios es más que atractiva para comprender algunas ideas, metáforas e incluso ironía en la que los mortales muchas veces nos acercamos o alejamos según nuestros pareceres y el poeta Solari, con su capacidad creativa, nos lo demuestra bellamente.
¿Es creyente el indio? ¿Es ateo o gnóstico? ¿Importa eso? Lo cierto es que en su poesía abundan las menciones a una idea espiritual superior, casi mitológica incluso creada por el propio Indio: el rito pagano en las misas motivan a recurrir a un ámbito sagrado que tiene fieles, cada vez más: esas ciento de miles de personas que con su fe a cuestas -en cada melodía- recitan las palabras del redentor Solari.

Víctor Torres

miércoles, 23 de marzo de 2016

Poema de cuando te crees más piola que yo


Huele a pescado podrido
a bacalao,
tu pascua perversa
con esa bandera de estrellitas muertas
de imperio metiendo la cola
en estas nuestras tierras.
Acá hubo muertos
y ustedes jalaron el gatillo,
yo no me olvido, de eso se trata la memoria;
ustedes que se sacan selfies con Cristo
mientras sufre los pecados que todavía no cometí;
esos muertos
y otros más nuevos,
ustedes que ponen la calcomanía
de una familia tipo
en la puerta trasera del auto,
ustedes que juegan al ludo
y quitan del medio a los pobres
con la suerte de un dado.
Yo voy haciéndome el que no sabe nada,
el pelotudo con esta cara que no me banco
pero sabrán que sé
limpiarme el culo sin que quede mierda
y vomitar a donde el perro no llega.
Y un mal día me verán cansado
y les escupiré la cara y las manos
para que se chupen los dedos
de mi saliva maloliente, pero sincera.
¡Si le chupan las medias al jerarca de turno
mirá si no me la van a venir a chupar a mí!
Yo sé, también,
que admirás a la revolución
pero cuando se te antoja te vas a Cuba
en cuna de oro y en clase turista de primera:
gil, gila, careta, oligarca, garca,
si hasta la cara de pija sin bolas
ponés cuando vacacionás con dios.
Se te cae el culo cuando ves pibitos/as pobres
y vos comés en los mejores restaurantes,
vos comés todos los días.
Sos tan piola que preferís mirar un monumento
y admirarte
sin ver que a un costado te están pidiendo una moneda.
Para vos también hay
que vas corriendo la silla
para el lado de la oficina que te conviene
y en tu chatura de niño/niña malo/mala
sucumbís ante el primer grado monetario
que no te haga perder el bondi de tus privilegios.
Vení, vení, si te la aguantás,
cagame acá en la vereda de la casa que alquilo
que voy a soltar al perro
y te morderá con sólo olerte, con esta rabia
que es la espuma de la muerte
y te harás pis encima como siempre
pidiéndole a mamá los pampers
que te quedaron de la primavera pasada.
Acá tenés mi otra mejilla,
la otra la puse ayer mientras vos dormías;
acá tenés mis palabras escritas
señal de que no tenías nada que hacer.
En mi barrio somos así:
una vez le robé a un rico
para hacer justicia:
el muy idiota se creía feliz y ahora vive con miedo,
no lo dice pero por las noches
teme verme en la oscuridad de su encierro.
Yo voy a seguir silbando
por si al viento le hace falta fuerza;
a las marionetas se les cortan los hilos
si quieren ser libres,
¿vos podrás? ¿querés serlo?
Y sino, está bien: seguí haciéndole el caldo gordo
a la gilada que te pone la manzana podrida en el plato:
yo, en vez de ellos,
te voy a enseñar qué podés hacer con las semillas.

viernes, 26 de febrero de 2016

NUEVOS VERSOS DE MISERIAS DE ANTAÑO


Soy el niño baleado
mientras murgueaba en el barrio,
el mantero echado
de la avenida Rivadavia;
el trapito que cuidaba
lo más preciado de los chetos,
el cartonero de Eloísa que anduvo
tapeando cuentos y versos.
Soy el loco que enloqueció
en aquel lugar oscuro
cuando reprimió en el hospicio
la maldita metropolitana.
Soy el peón del latifundista
que ya no paga impuestos
(y mucho menos mi sueldo);
vengo de un país hermano
para ser encerrado
en un taller clandestino.
Soy el célebre estatal expulsado
de un plato sin pastas, sin nada;
en indígena que acampa
para que no haya compañeros detenidos.
Soy el maestro que enseña
el camino en el aula
harto de andar mendigando
las migas de los jerarcas.
El bolsillo roto,
los zapatos gastados,
seguiremos en la calle
contra los mismos villanos.

martes, 16 de febrero de 2016

QUÉ ES LA LITERATURA. JEAN PAUL SARTRE

"¿Qué es la literatura?" de Sartre funcionó como un texto canónico para mediados del siglo XX. De hecho, fue inspirador en la idea de "escritor comprometido" que los jóvenes contornistas manifestaron en los años cincuenta.
En varios pasajes, el libro es revelador. La pregunta "¿Para qué escribir?" supone algo más de lo que Sartre desglosa; diferenciándola de los demás lenguajes como la pintura o la música, la literatura exige un grado "material", de estilo y forma, al que el autor prefiere distanciar del "realismo" desde la concepción soviética. De lo social, un escritor no puede escapar.
Eso me lleva a cuestionar que en la narrativa argentina contemporánea, escasea cierto "compromiso" al que Sartre hace referencia y Viñas, por ejemplo, supo esgrimir. Y acá agrego yo un interrogante, ¿A qué se debe la falta de compromiso en nuestra literatura actual? ¿Acaso ya no hay contra qué pelear?
Por otra parte, vale rescatar algunos párrafos que me hacen pensar en cierto modo que Sartre brindó incluso algunas pautas para el trabajo que Barthes haría algunos años posteriores con el estructuralismo y la crítica literaria.
Respecto de esto último, creo que es lo más interesante que plantea Sartre: la crítica no para engalanar un texto sino para ayudar a comprenderlo y que trascienda.

martes, 2 de febrero de 2016

Carta abierta al intendente por tasa complementaria de seguridad

“Señor intendente
Dr. Miguel Ángel Lunghi:
Me dirijo a usted con el fin de solicitarle que se me exima de abonar lo que se ha dado en llamar “TASA COMPLEMENTARIA PROTECCIÓN CIUDADANA…APOYO A LA POLICÍA”.
Las razones son obvias y contundentes. En primer lugar, considero que el accionar policial al que los vecinos de Tandil se pretende que “apoyemos” no resulta el adecuado según mis perspectivas – y compartidas con muchos ciudadanos- de lo que debe ser una “seguridad”.Yo vivo en un barrio muy alejado del centro donde los conflictos en relación a las drogas, prostitución, violencia de género, etc. se han agravado y rara vez se presenta la policía para abordar tales situaciones de manera preventiva y con justicia.
Pero no es este el fin, sino que creo –y sostengo- que los conflictos sociales de dicha índole deben ser tratados con políticas sociales, educativas y culturales más que imponer una fuerza estatal cuya presencia genera hostilidad por su provocación y criminalización en barrios humildes.
Por otra parte, el accionar policial deja mucho que desear no solo por la prepotencia con que se manejan los agentes sino –y eso lo demuestra- la falta de formación, capacitación y actitudes que tienen que ver con el respeto, las conductas humanas y la ética que escasean por estos tiempos. En este sentido, la evaluación que hago de la “seguridad” -como ve y sabe- tiene que ver con lo que observo detenidamente en la calle: en el centro la policía detiene a chicos –por lo general, adolescentes- de piel oscura, con visera y camiseta de equipo de fútbol- y ya lo tildan de “sospechoso” y le hacen pasar un mal momento frente al resto de la gente que no comprende qué es lo que sucede. La policía coacciona a los pibes humildes porque éstos no saben cómo responder a semejante atropello y genera un estigmatización inaceptable.
Yo soy docente. Creo cumplir un rol fundamental en el desarrollo de una sociedad que pretende construir identidades, las libertades individuales y colectivas, insertarse en el ámbito laboral para un futuro con proyección, afianzar el conocimiento y los valores humanos desde a educación formal. Como usted sabe, señor intendente, los docentes año a año luchamos para que el Estado se comprometa no solo con un mejor salario para sus empleados sino también las condiciones edilicias, materiales, de seguridad, de formación. Para ello, se asigna un presupuesto anual de manera que se discute con los gremios hasta llegar a un acuerdo.  ¿A usted le parece que los docentes debamos cobrar un impuesto a todos los ciudadanos por el gasto de la nafta para trasladarnos hasta la escuela, la tinta de la birome, las fotocopias y libros que le damos a los alumnos/as para que estudien? Sería un disparate, algo ilógico e incoherente. Bueno, eso es lo que significa este gravamen que no tiene ningún sentido porque fue USTED MISMO EL QUE APROBÓ EL PRESUPUESTO ASIGNADO PARA MANTENER LA POLICÍA QUE USTED MISMO SOLICITÓ AL GOBIERNO PROVINCIAL ANTERIOR, SIN CONSENSO CON NINGUNO DE LOS CIUDADANOS DE TANDIL.
¿Por qué entonces debo abonar un tributo de algo que nunca requerí, cuyos mecanismos dejan mucho que desear y su presencia no ha alterado la verdadera seguridad de mi familia y de los barrios periféricos? Y no es el valor económico por lo que me niego, sino al valor ético y moral: yo no estoy dispuesto a abonar un impuesto para ver cómo la policía detiene a los pibes (muchos de ellos estudiantes a los que intento inculcar ciertos valores con mi rol pedagógico) en las plazas y puertas de escuelas por portación de cara e ignora a los verdaderos delincuentes, narcos y proxenetas que azotan su “Lugar Soñado”. Me extraña que usted desconozca tal accionar.
Tandil es una ciudad turística que justamente, para cuidar al que “viene de afuera” se la militariza para que “vuelva porque se está seguro”, mientras que los ciudadanos de a pie que vivimos el día a día sufrimos –por fuera de las cuatro avenidas- la falta de cloacas, un buen servicio de luz y agua potable, gas, asfaltado de calles y limpieza de terrenos convertidos en basurales. Con estos servicios básicos, doctor Lunghi, le aseguro que no hace falta ningún policía más ni una carta como ésta solicitándole que se anule una tasa injusta con la que usted solo pretende recaudar en medio del ajustazo que el gobierno nacional -que usted apoyó y con el que formó lista- le está generando a los/las trabajadores del país. Pero claro, es preferible que se haga visible un agente policial en los puntos neurálgicos de la ciudad en vez de profesionales de la educación y la salud con proyectos y trabajando en los barrios.
Insisto: si usted y su gabinete, junto con los dirigentes provinciales quieren a la policía en la calle, utilicen el presupuesto asignado para tal política pero no involucre a los ciudadanos ni nos obligue a hacernos cargo económicamente de lo que no requerimos.
En fin. Creo haber sido conciso y coherente en la solicitud, pero sobre todo respetuoso y con intenciones de pensar en otro tipo de sociedad, ajustada a los verdaderos intereses de los ciudadanos que pretenden un Tandil realmente para todos/as y no para unos pocos como viene siendo.
Víctor Torres

viernes, 22 de enero de 2016

Huarmi y el mar

Hace tres años, Huarmi conocía por primera vez el mar. 
Sintió cómo las olas más débiles 
le acariciaban sus pies felices, 
de huellas diminutas y firmes. 
La espuma se enredaba en su piel
y la besaba con ternura no queriendo retornar
a su monótono ciclo de ida y vuelta constante. 
Arena que amoldaba su cuerpito blanco
protegido del sol.

Un encuentro único cada vez
que el mar se le presenta amplio,
y Huarmi adorada por el tributo de las aguas.

Huarmi sintiendo por vez primera
que el mar nacía recién
donde ella miraba y pisaba.
Y terminaba, en su imaginación,
vaya a saber uno en qué horizonte.

domingo, 17 de enero de 2016

Cuando llegue a viejo

Me pregunto si cuando sea viejo
-si es que llego-
voy a tardar tanto para sacar plata
del cajero
o si madrugaré para hacer
los trámites y mandados.
Me pregunto si voy a ser ese viejo
que manosea la fruta antes de comprarla
o si me detendré en la vereda simulando barrer
para chusmear y pensar en un secuestro.

¿Me tiñeré el pelo,
me preocuparán las arrugas,
tendré joroba,
me aprovecharé de mi senectud
para colarme en las largas filas del infierno?

Cuando llegue a viejo quiero el primer asiento del bondi,
entrar gratis al cine,
acomodarme el bulto en la calle,
interesarme por las necrológicas de los diarios,
subirme el lompa hasta el ombligo,
usar chinelas con media tres cuarto,
jugar a las bochas y sentarme en un banco de la plaza
a desear culos y tetas para mi cama.

Necesitaré de un viejo amigo
para pelearme con él todos los días,
de un bastón para espantar la muerte
y de una enfermera que me limpie la sonda
y los vestigios de mis años perdidos.

miércoles, 23 de diciembre de 2015

Los libros que el Macrismo piensa impartir en las escuelas

Listado incompleto de libros que el actual gobierno tiene pensado llevar para las instituciones públicas educativas.

- "Yo puedo hacer que cualquier salame sea presidente" Jaime Durán Barba
- "Reflexiones Belunísticas" Belén Francese
- "Combustible espiritual" Ari Paluch
- "Crónica de un choque anunciado" Chano Charpentier
- "Frases y Proverbios" Rabino Bergman
- "De cómo hay que tocar un culo" (Tesina) Miguel del Sel
- "Dramaturgia" La Tota
- "Una excursión más allá de la General Paz" Horacio Larreta
- "Mi padre decía que yo era un pelotudo" Alejandro Rozitchner
- "Grandes investigaciones" Luis Majul. Prólogo de Joaquín Morales Solá
- "Antes fui progre pero me curé" Mario Vargas Llosa
- "Fuimos víctimas de un pibe con visera que nos miró" AAVV. Compilado por Los Leuco
- "Manual de instrucciones para evitar piquetes en las escuelas" Eduardo Feinman
  

Editoriales: Clarín y La Nación

martes, 15 de diciembre de 2015

El "implacable" Niño Bien de la camisa celeste en su fiesta de agasajos a las corporaciones que lo sustentan en el poder (Oda no chequeada)


Cero retenciones,
amigos terratenientes.
DNU: Decreto de Necesidad y Unicato
para mis amigos de la Corte (que no se corte).

Pongan ese tema, che...
cric cric
Ese...el del fantasma...ah,
maicol yacson: ese sí que la tenía clara...cuak
(baile estrambótico)

Como les decía...jem jem
basta de corrupción...don niembraaaa.
¡A ver! Juliana...trae a los chiquis de Liniers,
no... esos negritos que cose y cosen...
si, los parientes de Evo...
Eh Bo´ lita...jijiji...excelente...
Que desfilen con el aguayo puesto
y hagan barullo como allá en sus pueblos del lejano oeste.

Dale Gabriela! Parate y poné música...
algo que sepamos todos.
Larreta, vení, dejá de boludear y traé el cotillón:
ponete esa peluca fucsia que tanto me calienta.
Ah, y el suyi, traé suyi
y un champuncito.

Bailen, bailen, bailen,
sigan mi ritmo ¡Buitres!
Estan invitados a mi hapi fest por el ort,
japi japi japi!
Dancin dancin dancin hot hot

¿Eh?
¿Cómo que está prohibido el puterío?
¿Qué es esa locura de prohibir el cabaret?
Voy a terminar con el curro de los derechos de las mujeres y niños...

Dancin, dancin, dancin...
no así, con la cadera bien suelta
y los brazos en la cintura Antonia!
Así, ¿no ves qué suin tiene la negra que limpia?
Deberíamos aprender de esas culturas oceánicas
que nos prede..., que nos precie..., que nos pre...
(¿cómo se decía Jaime?)
eso, que estaban de antes.

Bailen bailen bailen
que esto, esto recién empieza...

viernes, 11 de diciembre de 2015

Los dueños de las palabras

En el momento de la jura, el presidente electo Macri prefirió usar la palabra "honestidad" en vez de "patriotismo". Según circuló, esta última había quedado muy pegada al gobierno anterior y por eso era menester utilizar otro término.
La excusa es un síntoma de otro infantilismo que acarrea el incipiente gobierno. Sin embargo, resulta atractivo pensar que se dejan de utilizar o pronunciar algunos términos por otros debido a la "apropiación" de las palabras. Si el empresario hubiera usado "patriotismo" ¿era motivo suficiente para poner en cuestión su uso o pensar que el gobierno anterior se podía identificar solo con esa expresión y no otro? ¿Macri es un "antipatria" por eso?
Durante la campaña, la misma palabra "cambio" fue la más esbozada por la coalición que formaron tanto el PRO, como la UCR y Carrió entre otros. El término "cambio" (Cambiemos) debe ser uno de los términos más nombrados a la hora de pensar en una política diferente a la que rige y que, por lo tanto, es necesario "transformar" (como sinónimo de la anterior). A esto se suma otra expresión que desde el kirchnerismo se frecuentó y fue la de "volver a las noventa", acusando a Macri de ser neoliberal. Pues eso es bastante cierto: muchos de los ministros del gabinete del jefe del PRO pasaron por los gobiernos menemistas y de la Alianza (Bulrrich, Prat Gay), de modo que pensar en un "cambio" resulta una farsa.
Otra de las palabras que circuló durante la campaña final fue "Ajuste", sobre todo desde sectores progresistas y de izquierda. Ninguno de los que recibían esa acusación aceptó tal caracterización, pero se ha de comprobar que el "ajuste", en su ejecución económica, ya estaba siendo aplicado en el bolsillo de los trabajadores desde antes del uso del término. Esto funciona, en términos estructuralistas, como una superación del significado ante el significante.
Para volver a la palabra "cambio", vale decir que desde muchos sectores de izquierda resulta una definición que le pone nombre a la idea de Revolución que muchos tildan de anacrónica. "Cambio social" viene a ser una forma de decir Revolución, aunque "Socialismo", por ejemplo, en sí misma encierra dichos preceptos.
Es interesante observar cómo un movimiento político o un gobierno puede imponer una función semántica y lingüística en el período que se presenta. En general, el sentido de los términos empleados -que acarrean tanta fuerza del decir, al mismo tiempo- depende del contexto y el lugar en el que se emplee, una visión ideológica o desde una posible adhesión.
En definitiva, parece ser una vez más que el significado de una palabra no se impone por su verdadero valor sino que éste depende de o de los hablantes, o sea, desde el lado en que se lo aplique.

domingo, 6 de diciembre de 2015

CALENDARIO ANUAL DEL MACRISMO



6 de Enero: Reyes (obediencia).
Febrero: Chau carnavales.
24 de Marzo: Festivo, "Nuevo Gobierno"
2 de Abril: Triunfo de la flota inglesa en las Fulkland.
25 de Mayo: Golpe de Estado de unos locos que se creyeron revolucionarios y patriotas.
4 de julio: Día de la Independencia.
11 de septiembre: Sarmiento, el verdadero prócer.
12 de octubre: Día de la raza y gratitud a los colonialistas.
1 de noviembre: Día de la Tradición.
20 de noviembre: conmemoración por la derrota en La vuelta de Obligado.
19 y 20 de diciembre: Jornadas de queja de los pobres.
25 de diciembre: nacimiento de Coca cola.

martes, 24 de noviembre de 2015

La orquesta catalana

Me entero al pasar que el Barcelona volvió a ganar. Volvió a golear. Esta vez la víctima fue un conjunto italiano. El fútbol, desde su juego, está en su mejor esplendor, indudablemente.
Como hincha de River, otro que cada tanto se calza el traje del bien trato del balón, siento la enorme alegría de, muy pronto, compartir un torneo internacional con el mejor equipo de todos los tiempos. Porque desde hace diez años, el Barsa, viene demostrando que todavía era posible que once jugadores pudieran hacer que el brillo del buen juego se posara por un rato en los verdes terrenos del universo.
No sé si juegan a este maravilloso deporte en otras galaxias. Tal vez les falte pasto. De lo que estoy seguro es que nadie lo hace como el equipo de Messi, Neymar e Iniesta. Como antes de Xavi y Ronaldinho, de Rivaldo y Romario, de Diego y Cruyff.
¿Acaso está prohibido que sus rivales toquen la pelota? La ven pasar como perro de la calle, como gato viejo que sabe que es al ñudo correr a ese ratón. ¿Se puede ser tan necio de enfrentar semejante orquesta con la pretensión de no ser avasallado?
No tengo temor de enfrentarlo. Como hincha del fútbol pienso que mi vida debía atravesar este momento único porque el equipo por el cual simpatizo, de pronto, coincidirá causalmente con ese grupo de malabaristas, magos y alquimistas, semidioses vestidos de azul y rojo furioso por llevar a cabo el deseo programado de convertir unas serie de tantos que lo ubiquen como el ganador. Que habrá una mañana en la que se madrugará más que de costumbre, y en un país muy lejano estará mi equipo (si así la debilidad de oriente lo dispone), sus jugadores, representando esos colores y tratar de sofrenar los embates de una máquina capaz de rastrear los orígenes de la humanidad (que seguro tienen que ver con la redonda).
En el fútbol argentino, una goleada de un partido insignificante nos sorprende y es comentada en las antesalas y en las esquinas de paso. Que el Barcelona golee, es una costumbre más como saber que el sol volverá a salir por la mañana.
Quien sabe de fútbol puede darse cuenta que cuando la pelota es dominada por Iniesta –ese muchacho medio pelado con pinta de mozo que danza sobre la gramilla- el mundo deja de ser por un momento ese asqueroso infierno donde priman los desmontes, la corrupción, la esclavitud y otras tantas miserias y se convierte en un circo donde hasta los rivales se divierten.
Una gambeta de Neymar da cuenta de que el ilusionismo es más que una ilusión, que algo hay detrás de ese gesto técnico que te puede dejar con la trucha por tragar moscas. Y si Messi…¡puf! ¿Qué decir que no se haya dicho? Mejor, detractores, mírenlo jugar y después me chiflan. Porque Messi, nuestro Messi, sigue siendo ese niño que no conoce la adultez, que no sabe lo que son las modas ni los mercados, ni el terrorismo, ni nunca se aprendió la tabla del nueve completa porque su mejor labor está en escoger la pelota en algún sector de la cancha y transportarla entre sus pies ligeros, como el divino Aquiles, para terminar abrazado a la gente que lo rodea. Como hacen los chicos en esas plazas perdidas.
Yo creo que Messi no corre, vuela. Sus trotes son para disimular, para desviar la atención, para que nadie sospeche que su virtud es hacer creer a la afición y a los dioses que él es un mortal más.
Ser contemporáneo de ese ballet futbolero, mitad catalán mitad universo, me produce una satisfacción inagotable que lo lamento por mi abuelo que se pasó los últimos años de su vida renegando por no hallar jugada alguna que embelleciera sus ojos. Lo lamento por mis nietos, si es que más adelante no podrán presenciar una escena capaz de nutrir el alma con una pared bien lograda y lujosa como la de este Barcelona. Este Barsa que es lo más parecido a un espíritu divino que hay sobre la tierra, al menos, en lo que va de nuestra era cristiana.

lunes, 12 de octubre de 2015

LA REVOLUCIÓN MARXISTA EN ARGENTINA, UNA UTOPÍA



Luego de más de treinta años de democracia, nuestro país parece no querer salir de un sistema que se mantiene vigente a causa de la explotación capitalista, del hombre por el hombre, con crisis que golpean el bolsillo de los que trabajamos.
No quiero caer en las consignas obvias del troskysmo. Muchos piensan que hablar de la “lucha de clases” o de “proletariado” son consignas ahistóricas y que confunden a “los de abajo”. Algunos propios sectores de izquierda popular prefieren obviar las categorías marxistas más comunes con la excusa de que el lenguaje deber ser “accesible” o “cercano” a la gente de los barrios para así participar de la política. Eso es relativo.
Pero ese no es el eje que quiero esbozar. En un período electoral como el actual, afronto ir de nuevo a las urnas con cierta desesperanza. Tengo la sensación de que lo ideológico vale muy poco (eso no quiere decir que desista de mi confianza en el marxismo), que los intereses económicos individualistas (y burgueses) influyen más en lo electoral que una verdadera construcción popular y de intención transformadora.
Con Scioli, Macri y Massa como principales agentes, la revolución -o si prefieren el “cambio social”- se hace verdaderamente inalcanzable.
¿Cómo lograrlo entonces? Desconozco. No hay una fórmula, o por lo menos yo no la tengo. Lo que sí sé es que así parece que no. “Así” viene a ser “el voto”, las elecciones. El Frente de Izquierda y de los Trabajadores, por ejemplo, ha logrado interesantes sufragios pero poco expectante si se tiene en cuenta que es una porción muy pequeña de lo que se denomina “campo popular”, aún cuando éste sigue siendo escueto en la Argentina, se siente allí representado.
¿Cómo puede ser que los y las trabajadores no tengamos un representante cuando el proletariado es mucho mayor que los patrones?
Falta capacidad de movilización de masas a la izquierda toda, no sólo al FIT. Pero la movilización debe tener trabajo de base; militancia en los barrios, sindicatos y lugares de trabajo; en la facultad y la educación secundaria, etc. No es fácil, por supuesto. Sobre todo si en esos espacios llega un peronista y con el virtuosisimo del capital, los recursos estatales y el asistencialismo (que decae en clientelismo) destruye en breve lo construído con tanto esfuerzo y durante tanto tiempo. Esa es la realidad de muchos barrios en nuestro país.
Volviendo al tema elecciones, vale aclarar que sin dudas es una forma de entablar diálogo con la democracia. Pregunto ¿es el único medio? ¿Cuán democrático puede ser votar a los mismos sujetos que desfilan en el momento que les conviene, con el partido que les conviene, para ganar una elección? En ese sentido, el país sigue siendo más peronista que nunca y difícilmente podamos superarlo. La derecha se mantiene porque, además de tener condición económica y ser los explotadores, coopta las formas de hacer política del peronismo. Por ejemplo, Macri (que acaba de inaugurar un monumento de Perón).Y el peronismo tiene poder porque se relaciona y negocia con las corporaciones que dominan lo económico (empresarios peronistas abundan).
En conclusión: la retroalimentación permanente entre el peronismo y la patronal hacen imposible que la izquierda (encima desunida) logre romper con lo establecido por la correlación de fuerzas caracterizadas.
En algún punto, los enemigos del marxismo de hoy siguen siendo los mismos de hace treinta y cuarenta años atrás. ¿Cómo se los combatió aquella vez? Organizándose en las fábricas, escuelas, en los barrios. Sí. Pero también con la lucha armada. Y pensar que muchos que se dicen de izquierda hoy niegan la toma del fusil, desconociendo la historia.
¿Hace falta una dictadura para tomar las armas? Sinceramente ¿un militante de izquierda en la argentina piensa que va a ser la revolución repartiendo boletas, al igual que la reparte el burgués?
Es para valorar lo realizado por Chávez en Venezuela, Evo en Bolivia, Mujica en Uruguay y Correa en Ecuador (si se quiere) con métodos parlamentarios. Pero ¿eso es marxismo? ¿es revolución? ¿se terminó con la burguesía? ¿Es anacrónico hablar de lucha armada cuando en el mundo la violencia es la principal fuente de la toma de poder? Con la tradición revolucionaria de América Latina ¿está mal pensar que el verdadero cambio se puede dar sólo a los tiros?
Son preguntas que me llevan a pensar que el pesimismo se apodera de uno cuando nota que las cosas van a seguir igual que siempre por más que sólo cambien los nombres.

sábado, 12 de septiembre de 2015

Distancia de rescate. Samanta Schweblin

Estuve leyendo "Distancia de rescate" de Samanta Schweblin y necesito hacer este breve comentario sobre la obra.
Me parece un relato excelente. Original en su técnica y estilo como pocos trabajos de la narrativa actual.
Ya lo descubrí con "Pájaros en la boca" (libro de cuentos que recomiendo). Enunciados punzantes, personajes muy bien construidos y cuyas voces representan más que "modos del decir", diálogos profundos que invitan a seguir leyendo y devorarse el texto sin más prejuicios.
Es la primera novela de Samanta y se nota el ritmo de cuentista, pero eso no afecta a la calidad del material con el que trabaja: el drama, los miedos, la tensión del cuerpo y ese ir y venir del realismo y lo fantástico que lleva a leerse como un hilo fino a punto de cortarse.
Creo que la autora es una de las narradoras argentinas más destacadas de estos años. Si hay una innovación en las letras por estos tiempos, creo que Schweblin es la prueba de que nuestra literatura está en buenas tintas.

Víctor Torres

martes, 1 de septiembre de 2015

CARTA DE UN PADRE A UN HIJO SOBRE EL FÚTBOL. Víctor Torres




Hijo, tal vez no me creas esto que te voy a contar, pero hubo un tiempo en que el fútbol era algo hermoso. Un deporte, más que un deporte si querés, y que se vivía a flor de piel.
Mi viejo, así como yo te cuento hoy a vos, me narraba historias maravillosas alrededor de la pelota. Por él yo conocí a Garrincha, a Distéfano y Cruyff. Expresaba con nostalgias jugadas de Houseman, las rabonas de Borghi, la potencia alemana, los vuelos de palo a palo se Yashin, los gestos de Obdulio en el maracanazo, la máquina del 50'.
Me acuerdo que siempre me decía que yo debía disfrutar del juego, porque en definitiva el fútbol era eso, un juego. Dentro y fuera de la cancha. Que no importaba si ganaba o perdía. Que el rival no era otra cosa que eso, un rival y no un enemigo al cual debía vencer a toda costa.
Más vale una mano para que se levante que una patada que lo deje afuera” solía decirme. ¡Y con cuánta razón!
El viejo me contaba que antes el fútbol se jugaba sin tantos intereses políticos, con menos policías y publicidades (iguales de violentos), con familias enteras yendo a la cancha, sin tejidos, sin tirar piedras. Antes, antes de fallecer, el fútbol reunía a los amigos, y uno se prendía a cortar papelitos para cuando llegara el día del partido tirarlos en la salida del equipo. Se disfrutaba de un choripán, de charlar con un desconocido sobre lo que dejaban algunas jugadas del primer tiempo. Para sacar una entrada no había que hacer días y días de cola a la intemperie sin baño y durmiendo en la calle. Uno iba a la cancha a disfrutar de un espectáculo privilegiado, sano y lejos del espanto.



Hijo, yo quisiera que sepas que el fútbol no siempre fue eso que hoy ves. Siento culpa por entregarte un legado que no es el que debimos heredar. Mientras la pelota rodaba y la muchedumbre en las tribunas no hacía otra cosa que disfrutar de eso como tal, la condición humana se mostraba esperanzadora. Pero un día vino el Señor Negocio, trajinado de ambiciones particulares y maletines codiciosos para adueñarse de una chilena, un caño, un abrazo entre jugadores con distintas camisetas e iguales deseos de jugar a la pelota. De golpe, el sueño ya no era “jugar en primera” o “un mundial” (como decía ese niño en un potrero de Fiorito mientras hacía jueguitos para una cinta en blanco y negro) sino llenarse los bolsillos, una cuenta en Suiza, el último modelo de coche o salir con las útimas modelos del mercado.
No. Porque lo económico influyó en lo político, lo social, lo cultural (sí, ya sé que me vas a preguntar qué es todo eso, ya lo entenderás). Porque ahí el fútbol perdió su belleza, su dignidad. El fútbol dejó de ser el fútbol que mi viejo, tu abuelo, solía describir apasionadamente, con gestos majestuosos rogando por una jugada, incluso del contrario, que le dé señales de que el milagro estaba ocurriendo aún.
Y el negocio no terminaba ahí, no. Comenzó con smoking y continuó con gente que iba a las tribunas. Y que se decía hincha como vos, como yo, como el abuelo, como tantos. Pero esos pocos pudieron con otros muchos, y se adueñaron del circo, del pase de jugadores, de las banderas, de los papelitos, de los choris, mi bicicleta y tu triciclo. Y por eso dejamos de ir ahí donde vos y yo nos reconocemos y compartimos el mismo amor.
Te juro, hijo, que el fútbol era un teatro de pasiones. Un respetuoso laberinto en el que un objeto de cuero redondo e inflado era pretendido por dos grupos de personas que se esforzaban por llevarlo hasta el arco contrario. Y afuera, nosotros maravillándonos, estupefactos con ganas de estar ahí pero concientes de que el aliento era lo que regalaba color que faltaba.
A la plaza vamos a seguir yendo, no te preocupes. Vamos a invitar a los otros chicos del barrio e iremos al único campito que el boom inmobiliario de la ciudad nos ha dejado, ahí donde pastan caballos y vacas.
Y allí sí, jugaremos entre todos, sin normas ni peleas ni dinero. Sin sanciones ni presiones ni represiones. Sólo por jugar.