viernes, 25 de julio de 2014

Lamborghini Pornostar

La otra noche, recostado, leí "El Fiord" de Osvaldo Lamborghini. Ahora comprendo porqué lo llamaban el "escritor maldito".
Ese texto, más algunos poemas (a la que yo llamo "prosa abusada") y "El niño proletario" responden a una metaficción que, entre el erotismo y el lenguaje punzante, construyen otra narrativa (distinta a la de Walsh, Marechal, Urondo) del peronismo de fines de los sesenta y principios de los setenta.
Si no hubiese sido escritor, Lamborghini hubiera sido actor o "estriptis". Un "hipersexual", sadomasoquismo inquietante, un maníaco de la orgía que hace de la violencia un medio de existencia y algo natural y de la literatura una revista pornográfica. 








El pudor, en sus textos, se esconde detrás de las solapas junto con el sudor y las secreciones de los cuerpos desgarrados.
Al respecto de "El fiord", Aira dice que "funda un mito" y que "Se trataba, y sigue tratándose, de algo inusitadamente nuevo. Anticipaba toda la literatura política de la década del setenta, pero la superaba, la volvía inútil. Incorporaba toda la tradición literaria argentina, pero le daba un matiz nuevo, muy distinto".
Es difícil conseguir los libros de Lamborghini. "Tadeys" es una obra de esos que, además, está incompleto, una novela inconclusa porque lo sorprendió la muerte de muy joven en Barcelona.
Leer a Osvaldo Lamborghini es compenetrarse en una ruptura constante, es penetrarse en sentidos que abarcan la parodia y la excitación lectora. No leerlo es desconocer la innovación que se produjo en la literatura de nuestro país en los momentos de mayor turbulencia del siglo pasado.

lunes, 21 de julio de 2014

¿Qué es eso de "las ideas no se matan"?

Camino a Chile, a donde va a pasar sus primeros años de exilio, Sarmiento escribe en una pared "On ne tue point les ideés". Lo confiesa en el comienzo de Facundo. Pero ¿será cierto?
La confesión, que resguarda una conducta apremiante, tiene un sesgo de "infantilidad". Parece haber cierta inocencia en la forma en que se manifiesta contra el gobierno federal, no solo porque Sarmiento escribe como un prófugo sino que lo hace como un chico que se manifiesta a través de un grafitti en cualquier esquina.
Se discute la veracidad del hecho y aún hoy, en San Juan, varios circuitos turísticos se atribuyen el lugar de la frase.
Por otro lado, Sarmiento se jacta de que nadie supo, en un primer momento, traducir la cita  lo que lo consagra en su vanidad y la capacidad intelectual que lo caracteriza para distanciarse de la "barbarie".
La frase significa "A los hombres se degüella; a las idea no" y se la atribuye a Fortoul. Sin embargo, se duda de su autoría. Sarmiento bién se pudo haber equivocado. Los estudiosos del tema aseguran que abundan los adjudicatarios de una cita que se enmarca, dentro de la literatura argentina, como emblemática. No cesan en ponerle nombres al creador, pues se habla de Diderot, Volney y hasta Voltaire.



Pero, si como asegura Sarmiento, "Las ideas no se matan", ¿Por qué celebra -en una carta a Mitre- el asesinato Vicente "Chacho" Peñaloza, cuyas ideas combativas se destacaron entre los montoneros federales?
 No es lo mismo decir lo que escribe Sarmiento en su libro a cómo se popularizó la frase "Bárbaros, las ideas no se matan". ¿Cuáles son las diferencias? Que en el texto, Sarmiento demuestra su virulencia, muestra un gesto hostil y lleva hasta las últimas consecuencias su deportación.
De alguna manera, promete "venganza". Se va con la pluma, retornará con la espada: es una promesa que deja latente.
El primer término "A los hombres se degüella"confirma el principio brutal al que hay que someterse, y es cuestión de supervivencia (el destierro es una cuestión de "sobrevivir" a Rosas para Sarmiento). En segundo enunciado "las ideas no", ¿no se degüellan?. "Las ideas", entonces, tal cual comprende Sarmiento, tienen cuello y por tanto cabeza. Funcionan por sí solas. Es el hombre el que debe ser degollado, piensa, las ideas perduran. Prefiere campos regados de sangre a la censura.
Pero, sin el hombre (la humanidad) la construcción del pensamiento es imposible. El tema es que, para Sarmiento el "bárbaro" ni es hombre ni piensa, justificación singular que cierra por todos los caminos del unitarismo.
Y he aquí el sentido de la otra frase. El destinatario es el "bárbaro", el "bárbaro" es federal, y Sarmiento les habla directamente a ellos para que les quede claro que su proyección política no será vencida; parece seguro de ello, de su legado "mis ideas no se matan", " a mí sí" hubiera querido decir temiendo la muerte.
¿A quién quisiera matar Sarmiento? ¿No buscó él matar ideas?  Porque para Sarmiento Alberdi, por ejemplo, no era "bárbaro" al que hay que "matar". Discute con él un horizonte de nación las prédicas de las instituciones, nada más y nada menos. Hay que leer "Las quillotanas" para entender los principios constitucionales.
En definitiva, la frase ya no es una sola, como vemos, sino dos. O tal vez, muchas más y con significados variables. Como también parecen ser diferentes sus autores e, incluso, el lugar en el que Sarmiento eternizó su dolor para siempre.

lunes, 7 de julio de 2014

Un origen vulnerado



El verdadero legado cultural que posee nuestro continente está hoy olvidado en las inmensas quebradas, en los páramos andinos, en las escarchas de bosques secos, en las montañas y llanuras meridionales. Están ahí, como palideciendo, padeciendo.
Desde que el hombre es hombre ha aprendido, obligadamente, a convivir con la naturaleza que es su hábitat. Así, casi esporádicamente, se convierte en gregario y comparte, con seres de su misma talla, la veneración de la madre tierra.
Tal vez, no sea necesario aclarar la vanagloria con que actúan los que invaden y atropellan no sólo la razón sino también en contra del espíritu, sin embargo, nos atañe como latinoamericanos que somos, el poder de sublevarnos contar el enemigo, que ha hecho de la naturaleza, la materia prima para enajenar.
Los pueblos, cruelmente invadidos y avasallados tercamente por déspotas en tropelías desalmadas, murmuran una saya o un loncomeo, practican el arte de amar a la Pacha, acarician rituales de greda y besan mitos de una historia mal contada. La lucha de los pueblos originarios nos muestra la identidad americana – que es nuestra -, el valor de la libertad, el color puro y claro de la inocencia, el grito de quien reclama lo que le pertenece.
Con la ambición extranjera de europeizar la Pachamama y con ello el Inti Raymi, Tantanakuy, la quinoa y la chicha, las pandorgas y el cultrun, los hombres de la tierra trabajan, pavorosos y endebles, temiendo a que algún mal día se queden hasta sin sombra.
Nadie se ha atrevido a contarnos que los míticos Pedro de Mendoza y Juan de Garay se impusieron con una vejación absoluta con el afán de conquistar tierras que no poseían valor alguno, pues para la corona española, el Río de la Plata sólo podía ser útil para la salida de barcos que transportaran oro y esclavos.
No existe una expedición en América que no haya terminado con la muerte de los habitantes originarios. ”Solamente en Potosí fueron exterminados seis millones de Indios”, nos cuenta Víctor Heredia. Lo que en la jerga histórica se denomina Genocidio, como el de Pizarro, o Roca y compañía, o el de los dictadores, latifundistas y monopolios neoliberales de ahora, han exterminado estas tierras y hace que – a la vez – resistamos y nos repleguemos en enseñar los valores de las culturas que heredamos, enseñar que la diversidad nos fortalece y que en verdad el respeto al prójimo puede hacer que el mundo sea lo que deseamos.
En otras proporciones, Tandil fue sometido a la imposición militar por sobre habitantes que trabajaban la tierra y la piedra. Tildan al Brigadier General Martín Rodríguez de negociar pacíficamente con aborígenes de esta zona serrana (mezcla de pampas y mapuches) para cimentar el Fuerte de la Independencia, redundancia pura, ¿acaso no somos hoy más dependientes que nunca?. Los doce mil habitantes originarios de la zona de la ventana fueron jaqueados por el poder militar de turno, hacia 1823.
El resultado de semejantes ultrajes son los cambios climáticos, el secado de ríos, las inundaciones, la infertilidad de la tierra luego de fertilizantes y herbicidas - químicos inorgánicos -, el desgrano de cauces (como Pilcomayo) y otras deshonras que el hombre procede para taparse un bolsillo y almacenar usufructos. Las comunidades originarias de América Latina sufren una terrible pobreza; ellos, que alguna vez supieron proteger a la tierra hoy languidecen al compás de una vidala. Ya sabrá el tiempo componer algún huayno quejumbroso que arengue a los dioses para fecundar la pacha o reconocer en un rostro amigo una sonrisa llena de libertad.

lunes, 30 de junio de 2014

Kafka: el poder del relato en las cosmovisiones

A la hora de seleccionar obras para trabajar en la materia de literatura en secundario, uno piensa en varios textos en relación a las cosmovisiones planteadas según el año. Es inevitable, entonces, no pensar en Kafka. Pero ¿en todas las cosmovisiones? Sí, en todas todas.
La obra del autor checo (que escribió en alemán) es capaz de superar las fronteras que el Diseño Curricular sugiere y puede autoimponerse desde varios ejes.
Si hablamos de su obra más reconocida, “La metamorfosis” (una mala traducción, según Borges, ya que correctamente se trata de “La transformación”) es posible ubicarla dentro de varios paradigmas: fantástico, trágico, absurdo, ruptura y experimentación, mítica, fabulosa, por lo menos. Es decir, la obra de Kafka transfiere un poderoso orden de situaciones variables capaces de ofrecer un amplio espectro de cómo puede ser leída y analizada.
La narrativa kafkiana trasciende por la perplejidad que genera en los lectores. Sus textos cobran fuerza gracias a lo inaudito, lo inexplicable, lo miserable, lo sublime, lo “inverosímil posible” como me gusta denominar ese aspecto de la ficción. Kakfa ha logrado la construcción ficticia para entender la humanidad, la psiquis y las sociedades de su tiempo y el nuestro.
El escritor nacido en Praga en 1883, es un científico de la narración. Experimenta con sus personajes la condición del hombre: su soledad, su pobreza (material y emotiva). Bucea en las profundidades de la conciencia colectiva y lleva hasta el extremo la conducta del sujeto-objeto de estudio y creación.
Gregorio Samsa sufre el repentino sortilegio que el destino le concibe. Es un “otro” que involuciona (en el sentido darwiniano) y se somete a lo que la sociedad de su tiempo no se atreve a explorar. Si Poe crea las condiciones para el cuento moderno, “La metamorfosis” viene a trasgredir las leyes de todos los subgéneros conocidos para la época. Samsa recrea los miedos de la literatura clásica griega, los fantasmas shakespereanos y el “extrañamiento” que espera la prosa del siglo XX que desentrañan los formalistas.



Dice Mario Lacelotti: ” Pero frente a una evolución que no reconocía fronteras el cuento sabría hallar una fórmula de compromiso en el terreno neutral de la alegoría. Es el punto donde lo ha dejado su último reformador: Franz Kafka. De qué nuevos recursos formales se valdrá la narrativa del futuro es algo difícil de predecir, pero es posible de conjeturar el mantenimiento, por algún tiempo, de aquella modalidad críptica…” (en “De Poe a Kafka, para una teoría del cuento” Eudeba, Bs. As, 1965, pág. 47).
El abrupto y lo terrible se observan también en “El proceso” y los cuentos breves “Ante la ley” y “Un artista del hambre”. Allí confluyen el absurdo, la culpa y la desesperación del ser. Kafka es el primer narrador existencialista, tal como se entiende esa corriente filosófica de principio del siglo XX, de Heidegger a Camus, en esa línea.
Y pensar que le pidió a su amigo y editor Max Brod que quemara el manuscrito de “La metamorfosis” porque “traería problemas”. Cuando Franz murió, el editor publicó -afortunadamente- el texto que convirtió al genial autor checo en uno de  los más innovadores escritores de la narrativa occidental.

Víctor Torres


jueves, 26 de junio de 2014

Algunas muertes no son en vano



                                              
                                                                                                                                            "Hoy  necesito un canto piquetero que
                                                                                                                                                             me devuelva la voz silenciada, 
                                                                                                                                                    que me abra por la noche algún
                                                                                                                             sendero pa' que vuelva mi vida enamorada.”
                                                                                                                                                                            Jorge Fandermole



En el combate de San Lorenzo, año 1813, la vida del general San Martín
 corrió peligro al trastabillar su caballo overo (el blanco elegante sólo lo usaba en los desfiles). Por un segundo, la batalla parecía acabarse.
Un soldado enemigo reconoció al “Libertador” y arremetió contra él que
 había quedado inmóvil debajo del animal. Mientras extraía su espada
 para culminar 
con el asunto y vanagloriarse, apareció repentinamente un hombre que se abalanzó contra el victimario y liberó a su mayor. El enemigo empujó sin
 clemencia el sable sobre el torso del “soldado heroico”.
  • ¡Honor, Honor al gran Cabral!



Casi dos siglos después, la historia vuelve a repetirse. Esta vez, la 
estación Avellaneda como escenario en una batalla creada por mala 
gente y alimentada por la prensa.
Habiendo sorteado el centro de la represión, un joven de barba – no
 solo desarmado, sino desocupado- decidió regresar al lugar de “combate” 
porque un compañero – al que, por cierto, no conocía- yacía herido. Llegó hasta él, intentó reavivarlo hasta que un grupo de policías se hizo presente y ordenó al muchacho a retirarse. Ante la advertencia, el joven resistió por el deseo de 
ayudar al otro joven, asistirlo, pero dio cuenta que su vida también corría 
peligro.
Cuando al fin logró hacer camino para salvarse, recibió cobardemente un tiro 
por la espalda.

La historia se inventa próceres y mártires. Algunos lo son, claro. El tiempo se encarga de, cada tanto, traerlos a la memoria. Lo cierto es que algunos
 héroes tienen himnos y otros aguardan a tener justicia.
Las víctimas entendieron el valor de la vida. Uno salvó la vida de su mayor, el 
otro no pudo llevarse ese premio aunque sí la certeza de que el tiempo 
transcurre y es necesario de continuar la lucha para salvar otras vidas.


miércoles, 4 de junio de 2014

Telenovela argentina y falta de creación

Una mujer pobre. Un hombre rico. Ella se topa en la vida de él de manera casual; lo ve como una utopía. El tiene su familia, comienza a sentir cierta atracción inesperada por la mujer pobre (que es dulce y muy generosa con los niños), se divorcia y se casa con ella. Son felices y comen perdices.

Cuatro renglones parecen bastar para crear una telenovela o, al menos, realizar una sinopsis de la misma.
Sin grandes rupturas, la ficción en la televisión argentina ha generado un espacio fundamental en la pantalla chica. Al parecer, la inmensa cantidad de Realitys Show, no ha logrado frenar el goce de una historia de amor que se apodera del quehacer diario de mujeres, niños y hombres (en ese orden) al menos en una hora al día.
"Es que uno llega cansado a su casa, luego del trabajo, prende la tele para entretenerse y se pone a mirar una novela..." me cuenta un amigo que sigue cada acontecer televisivo como si fuera su propia vida.
Pero ¿cuál es el objetivo de una telenovela? ¿Qué se propone? ¿Busca reflejar la realidad de una sociedad o de alguna clase social en particular?
¿Los guionistas leen? Y si leen ¿Qué y a quiénes?
Lejos han quedado las obras como las de Alberto Migré, creador del mayor éxito durante los `70, "Rolando Rivas, taxista". Una historia relacionada con la coyuntura de la época y supo expresar como pocas los pesares y sensaciones de lo que representaban.


Desde los años 80 para acá, la industria de la telenovela ha crecido enormemente. Al ritmo de la pantalla chica. Los niveles de calidad varían, aunque últimamente, predominan las ficciones cuya trama parece tener cuatro puntos claves con los cuales desarrollar una historia: a) hombre (o mujer) rico, b) hombre o mujer (pobre),c) un encuentro casual (y fatal), d) amor eterno luego de los obstáculos (engaños, muertes).
En el medio podemos agregar: hijo/a no reconocido, padre/madre desconocida, amor no correspondido, mentira, rencor.
Abundan historias con tramas que rodean esta serie de puntos lo cual significa la poca creatividad y originalidad a la hora de producir un programa televisivo y escribir el guión. Creo que les hace falta más lectura de narrativa, no solo nacional sino también de autores europeos y, por qué no, orientales.
Se repiten en las telenovelas la vida burguesa. El empresario que tiene poder económico (y político). No tiene una casa sino una mansión con varios ambientes (el dinero nunca es su preocupación sino el poder). Se enamora de su empleada, proletaria, de "clase popular" que se observa en su lenguaje y manera de vestirse. El entono del empresario le advierte que ella no es de su clase; mientras que para la muchacha parece algo inalcanzable.
Este formato, insisto, lo venimos observando desde hace varias décadas en la televisión. De "Muñeca brava" para acá, la originalidad es algo que escasea en la televisión de nuestro país.
En la actualidad, Telefé es uno de los canales que más productos de ficción contiene en su pantalla. Desde las telenovelas brasileñas hasta, por ejemplo, "Somos familia" y "Camino al amor" (ambas de Quique Estevanez, un productor que parece ser el único que le da trabajo a su familia y que viene repitiendo actores e historias desde hace más de diez años).
No hay que olvidar a "Casados con hijos" que si bien es un formato distinto (mucho humor chabacano y sumamente misógino) pertenece a un guión comprado en el extranjero y que el canal de las pelotitas viene repitiendo desde hace casi una década.
A dichas telenovelas, de horario nocturno, le precedieron "Vecinos en guerra", un fiasco de Sebastián Ortega que, luego del éxito obtenido por la entretenida "Graduados" creyó que otro producto suyo debía estar de inmediato en la agenda televisiva. También de Estevanez perteneció "Dulce amor" y, si miramos para atrás, podemos nombrar "Se dice amor", "La ley del amor" y "Herencia de amor" por nombrar solo algunas. ¿Hay alguna duda de que se trata de novelas de amor? ¿Para cuándo una de odio, Quique?
Parece ser que la receta de Estevanez no sólo se venció sino que ya no se leen bien las letras.
Pero entre tanta miseria podemos rescatar varias novelas que fueron exitosas: "Montecristo", "Vidas Robadas" y "El elegido", todas de Telefé. La gran virtud de estas producciones se debe a la "denuncia" que desde la ficción se elabora en base a historias relacionadas con la desaparición de personas (identidad y memoria), la trata y la corrupción dentro de la justicia. Fue todo un desafío, explica uno de los productores, realizar un formato semejante y con una problemática real.
Respecto de, por ejemplo, Canal 9, vale decir que predominan las telenovelas extranjeras: México, Colombia y Venezuela cubren toda la franja de la siesta con una calidad de mediocre para abajo.
Canal 13 porta sus típicas novelas nocturnas cuya producción pertenecen, por lo general, a Adrián Suar y Pablo Codevilla. Nicolás Cabré, Soledad Silveyra, Facundo Arana, Osvaldo Laport, Natalia Oreiro, Griselda Siciliani, son algunos de los actores y actrices que suelen acompañar estas telenovelas que rozan lo romántico y lo dramático al mismo tiempo. "Gasoleros", "Campeones", "R. R. D. T.", "Son amores", Los únicos", "El puntero" y "Farsantes" son algunas producciones donde se pueden hallar ciertas coincidencias en elementos relacionados al deporte, la comedia, lo vulgar y que no aportan ningún valor social. Las últimas dos nombradas en este párrafo se atrevieron a contar algo más en torno a la cuestión social y cultural: el clientelismo político y la homosexualidad.
Últimamente se pudieron ver algunas interesantes producciones de unitarios en la TV Pública: "En terapia" con el gran actor Diego Peretti; una ficción histórica llamada "Las huellas del secretario" con un fuerte contenido ideológico y "Germán, últimas viñetas" que recorre una parte de la vida literaria del historietista Héctor Germán Oesterheld -autor de "El eternauta"- desaparecido en 1977. Sin embargo, un par de telenovelas protagonizadas por Andrea Del Boca no han generado expectativas y, como se sabe, se la pasa llorando en cada escena.
Como vemos, la estructura de los guiones se repite sin romper ningún sistema, sin generar enigmas, sin crear motivos capaces de obligarnos a mentenernos atentos a la pantalla esperando el milagro creativo. La publicidad en medio de la escenas sigue siendo una deuda para extraer ya que si bien la Ley de Medios no la permite, se debería regular  la "venta" de productos. Cada vez que un actor lanza un "chivo" resulta muy chocante para el espectador.
La ficción televisiva sigue siendo muy importante pese a la calidad que prima en los programas de los horarios pico. Crear historias originales para la TV significa brindarle la oportunidad a los televidentes de no decir siempre "la televisión no sirve para nada".


jueves, 15 de mayo de 2014

Los libros y el todo



Saborear, degustar libros.
Acariciar sensualmente el lomo,
morderlo como Atahualpa.
Comer, masticar, deglutar,
vomitar y volver a digerir libros.
Un "tragalibros" es un lector empedernido,
insistente.

Liberar libros que es lo mismo
que sacarlos a la vereda de la librería,
robar libros para compartir.
En vez de tirarnos por la ventana
arrojar libros por la ventana
y por la puerta si es posible
(y por las rejas).
Libros pedidos, libros perdidos,
libros prohibidos, libros profanados,
libros pillados.
Tragar libros como tragamos delirios,
someternos a ellos.
Acostumbrarnos a sentir la fragancia de sus páginas,
de sus palabras obsenas
y trágicos y delicados párrafos.

A veces pienso que el libro
es lo más parecido al otoño,
salvo cuando pestanean tus ojos.
Abrir el libro y conocernos.
Cerrar el libro y reencontrarnos.

viernes, 18 de abril de 2014

Otro mito en Macondo

MURIÓ GABO y NACIÓ EL MITO,
el de Macondo y su memoria
Melquíades con sus trucos e ilusiones.

Siempre serán Buendías
y el que naufraga sobrevivirá.
La crónica de los diarios volverán a no decir la verdad,
salvo sus letras;
la rabia de los perros sucumbirán.
El paraíso terrenal son las palabras
del Realismo Mágico y Aracataca,
la revolución, latinoamérica.
Contra el paredón
los traidores de la patria
que serán fusilados.

Mi soledad ya no es la misma
luego de ese siglo, compañero,
en que el universo fue poblado
con Arcadio, Aureliano, José Arcadio, Aureliano,
y así sucesivamente.

Saldrán ahora libros sobre usted,
¡insensatos!
Usted es la literatura de América.

miércoles, 16 de abril de 2014

Crónica de un encuentro futboliterario



En el marco del FILBA, un encuentro literario nacional que se hace desde hace tres años, la ciudad vecina de Azul acogió a distintos escritores argentinos reconocidos que expusieron diversas temáticas relacionadas con la literatura y la cultura general.
Pedro Mairal, la tandilense Patricia Ratto, Gabriela Cabezón Cámara, la cantante Liliana Herrero, el escritor-actor Luis Sagasti, Jorge Consiglio, entre otras figuras, se presentaron en diversas charlas a lo largo de cuatro jornadas el fin de semana pasado.
Una de las actividades más importantes fue la relación directa entre escritor y lector. En ese contexto único, tuve la oportunidad de compartir con el escritor y periodista Juan Sasturain un encuentro íntimo en donde el autor del libro “Picado grueso” (de cuentos de fútbol que sugiero) me leyó -mate por medio- un cuento de Conrado Nalé Roxlo llamado “El cuervo del arca”.


La humildad de Sasturain es inmensa, un bonachón hasta con aspecto papanoelado digno de un personaje de narrativa maravillosa.
Nació en González Chávez y, como tal pueblerino, sus modales y generosidad se mostraron afables no sólo con quien escribe sino con todos los allí presentes. Le conté de mis proyectos, de mi próximo libro “El fútbol por abajo”, lo que dejó la lectura del cuento, y demás cuestiones.
Entre sus libros de fútbol podemos mencionar “El día del arquero” (1986) y “Argentina en los mundiales” (junto con el periodista Daniel Arcucci en 2002). Es hincha de Boca y su pasión por la redonda suele ser motivo de artículos para los diarios nacionales de contratapa.
Recomiendo acercarse a las lecturas de relatos de fútbol, no sólo de Sasturain sino de muchos otros autores como Galeano, Sacheri, Walter Vargas, Panzeri, Fontanarrosa, Villoro y Soriano.
El mundo de las letras y el fútbol, en Sasturain, no tienen fronteras ni desperdicio.

miércoles, 2 de abril de 2014

Walter Benjamin: tiempos y destiempos de la historia


Por Fabrice Mogart


Michael Löwy dijo una vez que uno de los textos más breves de Benjamin, era uno de los más difíciles de entender. Hablaba de “Sobre el conceptos de historia”.
Allí, el filósofo alemán no se propone definir la historia sino apuntar distintos elementos que hacen al concepto como un punto de partida o un camino para recorrer y acercarse al ese término. A lo largo de dieciocho apartados breves y un anexo de dos partes (A y B) Benjamin recorre sintéticamente dos partes de sus preocupaciones filosóficas: materialismo y mesianismo en la historia.
Puede que ese breve texto brinde cierta claridad a la hora de comprender la relación de Benjamin y el marxismo. ¿Por qué? Porque plantea cómo debe interpretarse la historia bajo el método “materialismo histórico”. En eso es claro, y no coincido con Lowy.
Benjamin le pide al “materialista histórico” que viva en el pasado para comprender mejor la historia y el presente, porque sino se queda con el “historicismo”, es decir, una imagen “eterna” del pasado. Es interesante esta propuesta, aunque el mismo Benjamin debió suponer que se trata de algo difícil de lograr siendo que en la mente y en la época donde se para un historiador (o cualquier sujeto) para contemplar la historia siempre es un aquí y ahora. Por eso es tan potente la frase de Marx que dice que a la historia, más que describirla hay que transformarla.
En el apartado número XVII, Benjamin inscribe: “El historicismo culmina, por derecho, en la historia universal. La historiografía materialista se separa de ella en cuanto al método, quizás con mayor nitidez que de cualquier otra historia. La historia universal no tiene ninguna armazón teórica. Su procedimiento es aditivo: proporciona la masa de hechos para llenar el tiempo homogéneo y vacío. La historiografía materialista está basada, por el contrario, en un principio contructivo”. Es que Benjamin deja en claro que el método marxista es lo más eficiente para construir la base de la revolución.


Respecto de las afirmaciones de Löwy, cabe destacar que el pensador franco-brasileño conoce mucho sobre la obra de Benjamin y se encarga de aclarar los aportes realizados por el berlinés. Trabajos sobre el “flâneur”, el lenguaje y la deconstrucción (leer a Jorge Panesi) y los pasajes poseen ciertas dificultades para elaborar un rápido entendimiento sobre su significado, y más por medio de ciertas traducciones. Por eso, considero que “Sobre el concepto de historia” puede servir para iniciar un camino de lectura benjaminiana.
La idea de “tiempo” es central en toda la obra de Benjamin. En la actualidad, se han logrado hacer nuevas lecturas acerca de este fenómeno, ya sea desde la crítica teórica, el neomarxismo, la filosofía y la idea de progreso y ciudad. Todas estas categorías abren de nuevo el camino para acercarnos a los procesos históricos y cómo observar el presente.
En los años setenta y ochenta, Beatriz Sarlo fue una de las responsables -junto con Murena- de traer la obra de Benjamin a parte de América Latina, no sólo de nuestro país. Sin embargo, critica su presencia en la actualidad “No hay ninguna ortodoxia benjaminiana que custodiar” y pregunta “¿por qué no olvidar a Benjamin sin más trámites?”. Hay algo del crítico que todavía parece estar latente.
Al igual que Aristóteles, Descartes, Kant y Hegel, Benjamin permanece siendo un autor fundamental para, desde la teoría crítica, interpretar y transformar la realidad.

domingo, 23 de marzo de 2014

El mito de la Casa Tomada

Uno de los cuentos más leídos de Cortázar es sin dudas "Casa Tomada". Hay tantas interpretaciones como páginas del relato, aunque una predomina: la metáfora del peronismo.
La idea del relato establece el paradigma de que la Casa de Gobierno ha sido "tomada" por los pobres, los mismos que metieron las patas en la fuente, los plebeyos, descamisados. Dos hermanos (Irene y el narrador en primera persona) viven en una casa muy amplia y suntuosa y de a poco empiezan a notar "ruidos extraños" que avanzan desde los distintos ambientes. Dichos habitantes poseen una tradición que parece representar a la aristocracia, a los cipayos y gorilas que se ven alarmados por la invasión de los marginados.
El mismo fue publicado por primera vez por alguien cuyo antiperonismo era resonante, sí: Jorge Luis Borges, el mismísimo. Aunque en 1951 el cuento va a integrar el libro "Bestiario" y va a alcanzar popularidad.
Hacia fines de los setenta, en una entrevista muy famosa, Cortázar confiesa que la idea del cuento le nace de un sueño (aunque lo llama "pesadilla") en el cual se siente "amenazado" por fuerzas extrañas que lo van arrastrando hacia un abismo. "Algo que no se podía identificar me desplazaba poco a poco" dice el autor de Rayuela, como dejando sentado el origen de aquella idea. Cortázar acepta la interpretación con la que el cuento ha trascendido, pero afirma que no es la suya.


Es conocida su visión del peronismo. Se lo ha acusado de "gorila", pero nunca lo fue (algo muy común del movimiento es desdeña a quien no comparte el pensamiento). El peronismo lo encuentra ya en París y desde allí comienza a entender que es un "exiliado". Su adhesión al socialismo (cubano) lo va a alejar -aún más- no solo del peronismo sino también de lo que ha sido acusado, "vendepatria". Suele pasar, también, que los escritores son admirados desde lo estético y denostados por lo político.
Pero ¿de quién es la casa? La casa como símbolo patrio y del poder, del espacio simbólico y físico del "Estado", ¿tiene un dueño?. Tal vez la mejor respuesta sea la democracia, a pesar de que Irene y su hermano se ven despojados por el "caos y el desorden" reinante y clasista.
Me atrevo a decir que esos "ruidos extraños" que representan a los marginados son los que Cortázar soñó como un ideal revolucionario y no como una simple alegoría, ya que pareciera funcionar como los que nunca llegaron a entrar a la casa (la puerta queda cerrada y la llave se pierde).

La literatura nos muestra esa multiplicidad de lecturas que resulta tan mágico como el relato mismo, la experiencia de los personajes, a la alegoría que trasciende épocas, receptores e ideologías.

martes, 11 de marzo de 2014

Sarlo perdida en el laberinto ideológico

Sarlo perdida en el laberinto ideológico

Escrito por Víctor Torres
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Beatriz Sarlo es el síntoma de lo que le ha pasado a muchos escritores de izquierda en Argentina. Quiero decir: en un principio, sus ideas, publicaciones, ideologías, concepciones del mundo abrazaban las transformaciones sociales y revolucionarias y, por tanto de la literatura. En la actualidad, se han perdido en el pensamiento liberal y derechoso tan patético como vacío de contenido.
Las teorías y críticas literarias devenidas del marxismo, el neomarxismo (Lukács, Goldmann, Escarpit), la Escuela de Frankfurt (Benjamin, Adorno) como el estructuralismo (Todorov, Barthes) fueron recogidos por Sarlo para instalarlos en el eje de la discusión sobre la cientificidad de la literatura. Junto con Carlos Altamirano, han sido portadores de un nivel intelectual muy imporante en los años sesenta y setenta.
Pero parece que duró poco. Sobre todo a Sarlo. La autora de variados ensayos sobre política y cultura, además de literatura, siempre genera polémica cuando su voz despierta cierto interés para expresar lo que piensa acerca de la política actual. Es conocida su presencia en el programa oficialista 678, en cuya presentación demostró cierta solvencia de sus argumentos aunque muy focalizado en los medios exteriores.
Sin embargo, es la Sarlo hablando sobre literatura la que más interesa o parece ser efectiva en sus análisis.
Hace poco hallé un texto muy interesante sobre política y literatura de los años sesenta. Una compilación de textos de Julius Lester y René Depestre cuyas traducciones fueron hechas por Piri Lugones, guerrillera y nieta del poeta. Los temas van desde el ataque del EEUU a Vietnam, el Che Guevara, el Surrealismo de Bretón, los negros, el asesinato de Martin Luter King, racismo, el liberalismo, el fascismo. La selección de esos textos para Centro Editor de América latina fueron hecho por Beatriz Sarlo, la misma que hoy defiende a los monopolios y tiene un discurso aristocrático.
Kovadloff, Andahazi, Caparrós también han pasado por esto, a lo que yo llamo “desvaríos de pensamiento”. ¿A qué se debe semejante cambio? ¿Qué debió vivir un intelectual como sarlo para tener un origen maoísta y terminar sacando el escudo para la derecha?
Cuando murió David Viñas, Beatriz se paseó por varios canales recordando al gran crítico de izquierda en la argentina. Viñas, más de una vez, le reprochó sus tendencias conservadoras (Lean “Menemato y otros suburbios”). Muchos escritores, críticos e intelectuales han vivdo ese desajuste, ese defasaje que va de lo popular a lo elitista, de izquierda a derecha, de marxismo a liberalismo.
De todos modos, hay que leer a Sarlo. Como así también a Vargas LLosa. Pero no le crean sus discursos políticos, disfruten de lo que ficcionalizan.

jueves, 27 de febrero de 2014

"La izquierda abstracta" vs La construcción desde abajo

Hace desde unos días ya que vengo escuchando el término "Izquierda Abstracta" que militantes kirchneristas utilizan para denominar a un sector político ideológico asociado con ideas marxistas.
Le es muy difícil a este gobierno nacional aceptar críticas, y menos por izquierda (la derecha es vergonzosa y cipaya) que suelen ser constructivas sin intención de pecar en la absoluta ignorancia.
Lo cierto es que el término no es nuevo. Los kirchneristas se jactan de que en el año 2009 Norberto Galasso, pensador oficialista de la llamada "izquierda nacional" (cuyo significado le cuaja al "peronismo progresista"), dijo que "la izquierda abstracta termina sirviendo a la derecha". A partir de aquí es que quiero aclarar a qué se refiere con esta corriente ideológica y a quiénes atañen hoy, si es que existe como tal la presentan.
Como aclaré anteriormente, esta nominación tienen varias décadas de discusión. Fernández Arregui, un pensador con gran formación marxista y de la "izquierda nacional", se encargó de examinar la idea con énfasis y definiciones importantes.
En primer lugar, vale aclarar que Arregui se refiere, con "izquierda abstracta", a las líneas de los llamados partidos tradicionales de la izquierda, léase Partido Comunista y Socialista, a los que tilda de "antinacionales". Comparto esta mirada ya que, en nuestro país, dichos partidos intentaron implementar el dogma del socialismo a la realidad argentina, desconocida por ellos y que quedó abrumada por la fundación del peronismo. Tanto el Partido Comunista y el Partido Socialista quedaron aislados y siempre representaron a la burguesía nacional que, a la hora de pelear por los intereses del pueblo, se replegaban en los manueales de Marx y Engels sin poder salir nunca a la disputa en el campo político y social.
Este es un error que se repitió en varios países del mundo. El gran error fue haber creído en esos partidos, creer que la revolución se hace con una receta ya impresa y nada más. Pese a los intentos de verdaderas trasformaciones a principios del siglo XX por parte de Juan B. Justo y Alicia Moreau hasta Alfredo Palacios, desde lo orgánico no hubo un real acompañamiento a los procesos de luchas sobre todo a partir del golpe del 30.
Se dice que el PC apoyó prácticamente todos los golpes militares. Y ésto va en sintonía con lo que el boliviano Monge hizo cuando que le negó el apoyo al Che Guevara en Bolivia o las diferencias entre el MIR y Allende que culminaron en la dictadura de Pinochet.
Los partidos de izquierda tradicionales siempre estuvieron más cerca de Stalin que de Lenin. La idea de la "izquierda europeizada", que también sostiene Arregui, funcionó durante muchos años en nuestro país a causa de una ceguera por no querer mirar qué pasaba en la calle. Esos partidos son también los que rechazaban la lucha armada, y los militantes que pensaban en la revolución se fueron de inmediato a poner el cuerpo con Masetti en el 64 o con el ERP a fines de los 60, principios de los 70.
Acá ya hay una gran diferencia. Tanto el ERP como Montoneros hablaban de una patria socialista (Arregui también lo hacía, y murió de cara a tal frustración), ninguno miraba a Europa (de hecho se formaron en Cuba y en Nicaragua), pero los Montoneros tuvieron la equivocadísima visión de que Perón apostaría por el "socialismo nacional" cuando estaba rodeado por la burocracia sindical de Rucci y la derecha más recalcitrante de López Rega, creador de la Triple A. Perón no podía desconocer estas circunstacias y tratarlos de "imberbes" fue la gran prueba de que al General no le interesaba ningún cambio profundo. De hecho, el verso "Combatiendo al capital" de la marcha jamás se tomó en serio.
Hay una frase muy interesante de Fernández Arregui que intenta clarificar cuál debiera ser el rol de la izquierda: " El marxismo no puede constituirse en dogma, sino que tiene que renovarse constantemente, adaptarse a las circunstancias históricas y ajustarse a la realidad en la cual se desarrolla. Nuestro país debe mirarse en el espejo latinoamericano, no en el europeo que siempre le entregará una imagen distorsionada. La construcción debe darse desde el pueblo...". Coincido. De hecho, la NO izquierda abstracta (bien lejos del PC de Echegaray y del PS de Binner, y por tanto lejos del kirchnerismo que se cree que es la izquierda ) lleva en su bandera la frase de Mariátegui para construir el socialismo del Siglo XXI: "Ni calco ni copia, sino creación heroica" que reafirma lo de Arregui y que, por tanto, se distancia de la izquierda tradicional. Los movimientos sociales con una fuerte impronta latinoamericanista y anticolonialista se encuentran bien a la izquierda del kirchnerismo y es un alivio, porque es posible creer en una construcción autónoma, horizontal y verdaderamente popular.
Por otra parte, Arregui asegura que " los comunistas en su interpretación histórica son mitristas ( Jauretche hablará de los mitro-marxistas)" y nada tiene que ver con la interpretación de la realidad que hace la izquierda actual, marxista, martiana, indigenista, del Fidel y Chávez. Aquella concepción de la "izquierda abstracta" puede ser vista hoy con claridad en el viejo Partido Intransigente, en Nuevo Encuentro (que de izquierda nunca tuvo nada), en la Federación Juvenil Comunista, y en las tradiciones de izquierda que adhieren al kirchnerismo, que es lo mismo que decir "un progresismo abstracto" que se autoengaña, y que encaja en lo que afirma Fernández Arregui: "Actúan como intelectuales coloniales, y construyen una imagen ficticia del país, negando a éste como tal (...) No fundamenta su construcción en el colectivo". Sino escuchen a Depetris diciéndo que "quien la presidenta elija" será candidato a gobernar en 2015, lo que habla de una ineptitud democrática eleccionaria.
Fernández Arregui tiene razón cuando los partidos tradicionales se dicen marxistas y no saben utilizar ese método para "interpretar la realidad". Esto mismo, traspolado al plano actual, el kirhcnerismo se jacta de cierto progresismo y firma tratados con empresas extranjeras, con multinacionales colonialistas, prioriza el salario de las FFAA antes que el de los docentes, privatiza los trenes, y después llama "cipayos" y "vendepatrias" a otros. El librealismo que critica Arregui es ahora el neodesarrollismo del gobierno nacional, tiene las mismas características.
Esto último es lo que la verdadera izquierda denuncia, en contra de los intereses de los de arriba, del imperialismo. Estoy seguro de que si resucitara, Arregui se replantearía muchísimas cosas de lo que en su período se vislumbró como una cosa y caen otra, de Cook a Isabelita. Viejos militantes de la "izquierda abstracta" que criticaban ahora están del lado de los de arriba, del enemigo.
Desde abajo se va construyendo otra sociedad. Está en los barrios populares, en las universidades, en las escuelas, en las calles, en las vías, en los puentes. Es la esperanza que sigue intacta para construir una sociedad mejor, el cambio social con poder popular. 

lunes, 24 de febrero de 2014

El rol del escritor en la sociedad


Exposición y debate acerca del papel del escritor en la sociedad actual.
Nicolás Arizcuren y Víctor Torres compartieron ideas, a mediados de enero de este año, para la jornada literaria organizada por ADET (Asociación de Escritores de Tandil) en la Casa de la Cultura.
A continuación, el video de la charla.

http://www.youtube.com/watch?v=zmw9m1kqrio